La Librería

Pequeños retales de literatura

martes, abril 23, 2013

Los dos suicidios de Peyo Yavorov

Hoy 23 de abril se celebra la diada de Sant Jordi aquí en Catalunya, un día que siendo uno de los más importantes de por aquí, sorprende que sea laborable (aunque quizás ya va bien porque las Ramblas donde suelen concentrarse escritores y viandantes, suele estar a rebosar de gente, y si fuera festivo no me puedo imaginar la concentración de personas que se podría llegar a dar).

En un día como hoy las librerías no dan abasto en ventas de libros y las floristerías hacen su agosto con la venta de rosas; unas y otras colocan stands en la calle para atraer a los compradores, y así el ambiente de Barcelona es bastante hermoso, salvo que como decía antes para mí hay demasiada gente paseándose por el centro de Barcelona. Ya veré por eso si al final me paso por ahí.

En el día de hoy se conmemora la leyenda de cómo Sant Jordi mató al dragón para liberar a una princesa, y de la sangre del dragón brotó una rosa. Pero para no extenderme sobre esto cambiemos de tercio y hagamos nuestra propia celebración también con unas gotas de sangre.

Dejo aquí unos versos del poeta búlgaro Peyo Yavorov. Un poeta que tuvo dos grandes amores en su vida. Ambos terminados trágicamente: el primero murió de una tuberculosis y el segundo de un teórico suicidio.

Él, que falló en el pacto de suicidio que había acordado con su segundo amor –aunque se quedó ciego tras su tentativa por las heridas que le quedaron después de que la bala se alojara en un lugar del cráneo-. Pero se termina suicidando un año y medio más tarde, y esta vez se asegura el suicidio por dos caminos: se envenena a la vez que se pega un tiro en la sien (quizás así fuera la mejor forma de matar a los dos corazones de los que Peyo Yavorov hablaba en este poema).

DOS ALMAS
Peyo Yavorov

Yo no vivo: Yo ardo. Inconciliables
Dos almas rivalizan en mi pecho:
Un alma de ángel y otra de demonio.
En mí respiran fuego y su ardor me abrasa.
Y arden las dos con llamas, donde toco.
Aún en la piedra, oigo latir ambos corazones…
Siempre los dos, en todos sitios, obsesivamente
Con rostros enemigos se consumen
Hasta hacerse brasas.
Detrás de mí el viento, a donde vaya,
Mis huellas con ceniza cubrirán.
¿Quién podrá conocerlas?
Solitario, yo no vivo, ¡ardo!, y mi rastro
Será ceniza en el sombrío infinito.


De propina un video con una bella Scarlett Johansson con música de Smashing Pumpkins (la canción es Bleed, porque hoy a mí también me apetece sangrar un poquito).

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4 Comments:

Blogger Doctora said...

Qué historia más curiosa, hasta para matarse hay que tener suerte. Me pregunto, si estaba ciego, ¿cómo preparó el veneno y cargó la pistola para intentar suicidarse definitivamente?.

4:31 p. m.  
Blogger Vigo said...

¿Le ayudó su perro lazarillo?

Desde luego a tí no te la dan con queso.

A mí lo que me extrañó del caso fue el primer intento de suicidio en el que murió su novia. Vamos, que si no dejó ella alguna nota explicativa -que creo que no lo hizo- hoy en día la primera sospecha recaería sobre él, y los titulares serían "un nuevo caso de violencia doméstica".

2:08 p. m.  
Blogger Orion said...

¡Vaya historia rocambolesca! Te vuelas la cabeza y, en vez de morir, te quedas ciego; si antes estabas jodido, ahora estás peor...
El segundo intento de suicidio con el que sí consiguió poner fin a su vida, me recuerda la escena de una película en la que un tío intenta algo parecido; creo recordar que se ahorca, se pega un tiro y toma veneno, y aún así no logra acabar con su vida. A ver si va a ser verdad eso que dicen por ahí de que no es tan fácil quitarse la vida...

7:02 p. m.  
Blogger Vigo said...

Bueno yo me imagino que las historias que leo casi siempre tienen una base verdadera, aunque a veces si que puede que mí me lleguen exageradas. A mí desde luego me da una cierta rabia cuando encuentro algún dato que me parece curioso sobre el que quiero profundizar un poco y no encuentro casi información en la red. Algo parecido me sucedió con la muerte de este poeta, por lo que aunque haya contado por encima la historia, yo mismo tengo algunas lagunas sobre la coherencia de os hechos contados (tal como me comentaba arriba la doctora).

A mí los suicidios de escritores es un tema que siempre me ha llamado la atención, así que con el tiempo ya me he convertido casi en un especialista, y conozco dos o tres casos más donde el suicida opta por dos caminos a la vez para quitarse la vida. Así que me imagino que estas personas, son las que les gusta dejarlo todo atado y bien atado (humor negro mío).

Para darle un poco más de humor a mi respuesta, estoy de acuerdo que a veces no es tan fácil quitarse la vida (el cuerpo humano en cierta manera esta preparado para resistir a la muerte). Pero la muerte a su vez siempre encuentra resquicios donde meter sus zarpas, y hay personas que parece que la buscan con insistencia.

Este caso de Mil maneras de morir me hice reír mucho, porque me pareció una de las muertes más espectaculares que jamás haya visto.
El tío no muere de cáncer, y tampoco después de un incendio en el que sale con múltiples quemaduras, sino que muere... (mejor que lo veas ja,ja).

http://1000manerasdemorir-sergio.blogspot.com.es/2012/08/manera-de-morir-316-hecho-cenizas.html

2:55 a. m.  

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