La Librería

Pequeños retales de literatura

lunes, octubre 22, 2012

Otra vez Santuario

Retomo mi lectura de Santuario de William Faulkner para plantear una duda, y por si alguien con algo de conocimiento sobre la obra de Faulkner, sabe la respuesta, o al menos tiene una teoría al respecto.

Quizás el mayor interrogante que me surgió tras la lectura del libro es el por qué de este título. No recuerdo en ninguna página que se hiciera referencia a la palabra “santuario” clara o velada, y puestos a analizar simbólicamente tampoco veo demasiado claro el asunto.

He buscado por Internet a ver si alguien había respondido esta pregunta, y ¡fracaso! Ni he encontrado respuestas, y ni tan siquiera a otras personas que plantearan la misma duda –como a veces pasa-. De lo que deduzco que Santuario no debe ser un libro demasiado leído entre los lectores hispanos; también deduzco que mi inglés solo me da para hacer búsquedas superficiales en la red del “follow me” (aunque eso ya lo sabía). Quizás haya alguna edición donde el prólogo se explique este asunto, o quizás al menos haya algún lector que tenga las ideas más claras que yo al respecto.

Si busco las distintas definiciones que da la enciclopedia sobre la palabra santuario me encuentro con:

santuario s. m.

1. Templo o lugar sagrado donde se venera la imagen o la reliquia de un santo, una divinidad o un espíritu de los muertos o de la naturaleza; generalmente está situado en un lugar apartado fuera de la población y constituye un lugar de peregrinación.

2. Lugar donde se goza de impunidad y que se usa como refugio: ese barrio es el santuario de los ladrones.

3. Lugar seguro y secreto que se defiende a toda costa.


Vayamos a mis distintas hipótesis que se me ocurrieron al leer el libro (antes de que pasen más días, y se me olvide parte del runrún de mi mente)

Santuario…

1)¿Es el ése lugar donde se destila alcohol ilegal y parece que tiene cerca un manantial la representación de ese santuario? Como un lugar apartado de la represión de le controvertida ley seca; un lugar donde la gente acude en “peregrinación” para conseguir alcohol.

2)¿Es el propio personaje Horace Benbow una especie de santuario del alma humana, una persona dispuesta a ayudar a los demás sin pedir nada a cambio, distinto a esa ciudadanía mojigata e hipócrita que le rodea.

3)¿Es la violación de la joven Temple Drake lo que constituye simbólicamente como una especie de profanación deleznable de un santuario?

4) ¿Es la justicia lo que debería ser un santuario y no lo es? Donde es habitual que actos delictivos queden impunes, mientras que por el contrario a veces se acaba condenando a inocentes por actos que no han cometido.

Cuando terminé el libro me puse a pensar que era para mí un santuario, y siempre lo he imaginado como un lugar que permanece inmaculado al sucio mundo en el que vivimos, por supuesto, también es un lugar abierto a la esperanza.

Hay algunas referencias que me vienen claramente a la mente cuando pienso en un santuario:

- Me acuerdo del jorobado de Notre Dame cuando acude presto a tocar una campana de la iglesia al grito de: ¡Santuario! ¡Santuario! Lo que recuerdo es una versión cinéfila, y no sé si en alguna de las páginas de Nuestra Señora de París de Víctor Hugo, aparecerá el pasaje tal como lo cuento.

- Imposible no recordar esa gran película de la que también se hizo una serie, clásico de la ciencia ficción, llamada La fuga de Logan, del director Michael Anderson, y basada en un libro hecho a dos manos por los escritores William F. Nolan y George Clayton Johnson. En el que en un futuro diatópico de una sociedad que vive bajo tierra todos tenemos un reloj vital en la muñeca, que cuando se ilumina con una luz roja –a los treinta años- es el momento de acudir al llamado “Carrusel” y poner fin a sus jóvenes vidas. Logan que es previamente uno de esos policías encargados de mantener el orden (un caso semejante al de Fahrenheit 451) se revelará junto a una chica y se escaparan de la ciudad, bajo la promesa de encontrar en el mundo exterior un lugar al que algunos denominan como “El Santuario”. Gran escena cuando consiguen llegar al ansiado santuario y éste no es más que un lugar en ruinas en el que solamente vive un viejo con la compañía de numerosos gatos.

-Y mi otra referencia especial es la calle Santuario situada en la falda del Carmelo a la que uno llega después de hacer una inclinada subida. Llega justo a la ermita que ahora si no me equivoco queda junto a la nueva iglesia de Nuestra Señora del Carmen que construyeron allá los arquitectos Francesc de Paula Daumal i Domènech y Miquel Campos Pascual, de piedra granate y de un aspecto tan moderno como extraño.

Iglesia Monte Carmelo

La siguiente acuarela hecha por le pintor Eduardo Vicente representa justo ese cruce en que uno sube por la C/Calderón de la Barca como si la inclinada cuesta fuera alguna rara metáfora de su lectura y llega justo al comienzo del Carrer Santuari donde corta con el Carretera del Carmel.

Carrer Santuari

Es curioso porque si uno va para un lado u el otro, se escoge ir hacia el Turó de la Rovira o hacia el Monte del Carmelo, si se va hacia el turó de la Rovira y se sube hasta arriba se pueden ver los restos de una batería antiaérea con una buena visión de Barcelona y si por el contrario se va hacia el Monte Carmelo uno también se encuentra con otros tantos buenos miradores (aquí ya puse una foto de hace unas cuantas semanas).

Un post más y ya creo que cierro este ciclo (aunque no será el siguiente)

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