La Librería

Pequeños retales de literatura

viernes, julio 29, 2011

Naturaleza: tentando a la suerte

Pocas veces en los años que llevo blogueando le he dedicado una entrada al mundo animal. Aunque si uno navega un poco por youtube siempre es fácil echar mano de algún video en el que salgan animales comportándose de forma graciosa, enternecedora, o sorprendente (los gatos no fallan), pero ampliar mi ventana particular al mundo salvaje ya me parece ampliarla demasiado (en este baúl ya meto demasiadas cosas y ya de por sí va bastante cargado). Así que sólo cruzo este círculo de tiza, cuando lo que voy a postear me parece excepcional.

Y en este caso “lo excepcional” se debe a mi querida Beatriz, porque este año blogueando ella me he hecho reír como nadie, y creo que le debo un pequeño homenaje, por su esfuerzo y su constancia diaria con sus posts (No soy Patricia Conde). Y de paso también pido disculpas a mis amigos, que me han tenido que sufrir, aunque más o menos me comprenden (yo les veía mirarme extrañados cuando cada dos por tres yo lo relacionaba todo con alguna de las entradas de la doctora, pero ¡es que ha sido tan divertido!)

La conocí cuando acaba de despertar de estar unos días en coma, tal Lázaro en versión 2.0 que se levantaba de un mundo de tinieblas, y si para mí su despertar fue uno de esos pequeños milagros que nos da la vida, ya se pueden imaginar lo que significó para su familia que Bea volviera al mundo de los vivos. (Perdonar, pero escucho a Tool y eso me hace sacar mi vena más sentimental).

Este primer video lo puso la doctora en su blog, y es el famoso facóquero –entre nosotros y de forma cariñosa también conocido como supercerdo- que se enfrenta a la leona con desde luego mucho espíritu luchador.



Uno piensa entonces que a la vida hay que echarle huevos (también vimos algo parecido con la superrata que atacaba a un grupillo de gatos despistados). Pero la lección no me parecería del todo bien aprendida, porque después de verlos parece que la moraleja es a más cojones más me impongo, sin entrar a valorar las posibles consecuencias que acarrean los conflictos. Imaginemos que uno está en una discoteca (de esas a las que iba en mis años más mozos) y recibe un empujón que te hace salpicarte con la copa que llevas en la mano, te giras para decirle algo al autor de tal atropello, y ves que es un tío de dos metros tipo armario culturista –que a mí me ha pasado-, pues en este caso mi recomendación es sonreír y poner cara de póker, darse de nuevo la vuelta y pensar aquí no ha pasado nada, nada de nada....

No me interesan las peleas, y siempre me sorprendió en noches de fiesta descubrir que siempre había algún bocazas con dos copas de más que parecía estar buscando algún motivo para que alguien le rompiera la cara. A mí desde luego, es difícil que alguien me encuentre, pero siempre he supuesto que habrá otro mucho más dispuesto, y me sorprende que haya gente tan tonta que parece querer tentar una y otra vez a la mala suerte.



Bueh, pero como decía Bebe pa fuera telarañas, y recuperemos el tono de buen rollito. Sólo un beso a Bea y a su hermanísima Patricia, y confío en tener en breve a Bea de vuelta -37 días 17 horas 33 minutos 40 segundos y contando- en su nuevo blog Beatriz contra todos. Esperemos que venga con las pilas cargadas porque si no la AAE (Asociación Amigos del Elefante) le vamos a dar mucha caña o en su defecto nos la tomaremos con ella. ;)

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lunes, julio 25, 2011

La lista de Sílvia (II)

Eva al desnudo (1950)
DIRECTOR Joseph L. Mankiewicz

Había oído hablar mucho de esta película, y no me ha decepcionado. Brillante. Coincido totalmente con tu apreciación de que los diálogos son estupendos, que el desarrollo narrativo está muy bien conseguido, y con un final que no decepciona. Si en el cine actual la psicopatía sólo se muestra en películas de asesinos seriales o semejantes, aquí la originalidad y la valentía radica en que este rasgo de psicopatía queda brillantemente expuesta en el simple papel de una “trepa” que quiere ser actriz. No soy un fan de Bette Davis, pero en su papel me parece magnífica (merito especial de los guionistas). Mankievicz parece mostrar en los distintos personajes un gran conocimiento del alma humana, y me viene a la cabeza la duda de cómo habría rodado sobre este mismo tema si en vez de un director hubiese dirigido la película una directora (o quizás no percibiría una diferencia notable, quien sabe).
Por no desentonar, no desentona ni el título, cuya elección me parece también muy afortunada.
NOTA: 9

Eva al desnudo


Roma, ciudad abierta (1945)
DIRECTOR Roberto Rossellini

Esta en cambio me ha decepcionado bastante. Si esto es el neorrealismo italiano ya puedo descartar un montón de directores, por aburridos. Me aburre ese intento de captar la cotidianidad y el desperdicio de muchas escenas o diálogos, en las que creo que se les podría sacar mucho más partido. Me molesta como se empalma unas escenas con otras que parece que lo haya hecho un director amateur. Me imagino que los medios eran escasos, pero antes de estar una cámara que a veces parece que le da un ataque de tembleque, prefiero mil veces un primer plano fijo de alguno de los personajes (¡qué ya me desesperé con la nouvelle vague cuando ví a Godard y me dije que nunca mais!).
Además y lo que veo más evidente y más me molesta, esta película me suena que es un lavado de imagen de los italianos -la rodaron justo después de terminar la II Guerra Mundial- porque que yo sepa más que ocupación nazi, Italia era una de las potencias del eje y estaba alineada al fascismo. En la película parece que todo el pueblo de Roma forma parte de la resistencia italiana y francamente dudo muchísimo que los hechos ocurrieran de esta manera, cuando sus soldados luchaban en el bando contrario.
Y aunque en la película reniegan un par de veces de los sermones, a mi me parece que al final se exceden con los discursos grandilocuentes en contra del nazismo y a favor del humanismo y la libertad, porque la verdad, viendo como unos nazis torturan a alguno de los prisioneros ya creo que respeto a eso, ya quedaba todo dicho.
Lo mejor la actuación del amanerado y distinguido mandamás nazí, y los planos donde se ve la ciudad de Roma en toda su extensión.
NOTA: 5

Roma, ciudad abierta

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sábado, julio 23, 2011

Algo de soul en memoria de Amy Winehouse

No tenía ninguna intención de escribir hoy –toi de playiki-, pero me acabo de enterar de que Amy Winehouse ha aparecido muerta, y la noticia me ha parecido muy fuerte (que fuerte, que fuerte, que fueeeeerte!). Es un poco triste que una chica con tan solo 27 años acabe su vida por las drogas, pero quiero decir a su favor, que seguramente vivió la vida muy intensamente, y este es el peligro de llevar la vida hasta sus límites.

En su momento, ya hablé de ella desde este blog, y la verdad es que no tengo ganas ahora de ponerme a escribir algo nuevo, así que sólo recupero su mítico Rehab y de paso algo más de soul con Aretha Franklin y su Respect (qué ojalá la respeten un poco a Amy, y le perdonen todo lo que le tengan que perdonar).

Amy Winehouse - Rehab


Aretha Franklin - Respect



NOTA AGREGADA

La verdad es que el asunto tiene miga, leo que desde hacía años había una parte de la prensa que se preguntaba si Amy Winehouse entraría en el llamado “club de los 27”, ya que son muchos los cantantes y músicos que han muerto con esta fatídica edad, tales como: Janis Joplin, Kurt Cobain, Jim Morrison, Brian Jones o Jimi Hendrix.

Pues las premoniciones va a resultar que se han hecho ciertas, y no se le negará a Amy Winehouse que ha cumplido tristemente con lo que de ella se esperaba.

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viernes, julio 22, 2011

Cine de verano: La Lista de Sílvia

Tres términos cinéfilo-femeninos curiosos.

Script Girl
Si uno mira los créditos de una película antigua quizás se sorprenda cuando en uno de los puestos principales aparezca el término “Script girl” que en castellano vendría a ser una “Secretaria de rodaje”. Yo recuerdo que me encontré con el término por primera vez, en un tebeo de Superlopez dónde una de las protagonistas la nombraban Script Girl y durante todo el tebeo ésta no paraba de preguntarse que narices era una “Script Girl”.
El trabajo de una Script Girl consiste principalmente en que no hayan fallos de continuidad en las escenas. Lo de la "contínuidad" quiere decir lo siguiente: en una película muchas escenas cuando se ruedan pueden tardar horas sino días en acabarse, la script girl se encarga de vigilar que cuando se rueda todo esté como tiene que estar. Los personajes visten con la misma ropa que la última vez que dejaron la escena a medias, también se mira que la escena tenga la misma iluminación, o que los personajes actúen de la misma manera que lo estaban haciendo en el plano anterior. Cuando en una escena por ejemplo aparece un personaje que se ha comido un cuerno de un croissant y en un plano posterior aparece de nuevo el croissant inmaculado en la mano del actor, se dice que ha habido un fallo de raccord (fallo de continuidad).

Scream Queen (también Scream Girl)
El término se utiliza para referirse a las actrices “reinas del grito” que salen en las películas de terror y generalmente ganan su protagonismo por sus dotes gritadoras cuando se asustan. Entre los gritos más famosos seguramente estaría el de Janet Leigh en Psicosis. Pero sin duda la actriz que más renombre ha conocido como Scream Queen es Jamie Lee Curtis que tiene en su haber, una previa trayectoria en películas de terror tales como Halloween, antes de saltar al cine más comercial. Otra actriz que admiro es Asia Argento hija de Darío Argento, y que como buena hija, hizo sus primeros pinitos dentro del género de terror, y de hecho es gracias a éstas por las que ha conseguido una cierta fama.

Fluff girl (también Fluffer)
Es un oficio que a mí me parece un poco triste a la vez que cómico, porque viene a ser una especie de quiero ser actriz porno y no puedo. El trabajo de la “fluff girl” consiste en mantener la erección del actor porno entre toma y toma, ya sea mediante estimulación oral o manual, para que durante la grabación con la actriz porno el actor ya esté empalmado.


LA LISTA DE SÍLVIA

Y después de estas curiosidades cinéfilas, puedo anunciar que he decidido que durante unas semanas voy a comentar cada Lunes unas dos o tres películas en lo que llamaré “La lista de Sílvia” xD. Aunque va a ser un análisis muy vago, sin prácticamente informarme sobre la película. Sólo mi impresión y algunas rápidas anotaciones que escribí tras visionar cada una de las películas que luego nombraré.
¿Por qué? Hace unos meses mi amiga Sílvia -a la que descubrí por sorpresa extremadamente cinéfila- me recomendó un buen número de películas clásicas en una lista. Como soy alumno aplicado en estas cosas, poco a poco las he ido viendo, y menos alguna que veré en breve, ya puedo decir que prácticamente las he visto todas, incluso he vuelto a repasar alguna de las películas que ya tenía vista desde hace años.
Pero como a veces me cuesta escribir los posts y además me apetece compartir un poco el detalle de mirarlas, he pensado en hacer una serie de posts con mis comentarios como si fuera una sección puntual. A Sílvia estoy seguro que se reirá cuando lea mis comentarios y así al menos le devuelvo el detalle de prepararme la lista, aunque en cierta manera la castigue un poco con la espera de estos post semanales, pero bueno… así la tengo un poco entretenida y así ella también valorará mi esfuerzo de ver tanta película.
Algunas han sido fáciles encontrarlas, otras en cambio más complicadas, pero lo he conseguido gracias a la libre circulación de archivos y a páginas especializadas en cine clásico, con cibernautas dispuestos a ayudar la búsqueda de otros cibernautas (si alguien aún está a favor de la Ley Sinde y lo que esta pretende, es que no tiene ni idea de las ventajas que ofrece el libre intercambio de archivos).
Este es el listado de películas que he visto:

- Eva al desnudo (1950) DIRECTOR Joseph L. Mankiewicz
- Roma, ciudad abierta (1945) DIRECTOR Roberto Rossellini
- ¿Que ocurrió entre tu padre y mi madre? (1972) DIRECTOR Billy Wilder
- Delitos y faltas (1989) DIRECTOR Woody Allen
- Suspense (1961) DIRECTOR Jack Clayton
- Edward, mi hijo (1949) DIRECTOR George Cukor
- La ley (1959) DIRECTOR Jules Dassin
- Operación Pacífico (1959) DIRECTOR Blake Edwards
- El hombre que pudo reinar (1975) DIRECTOR John Huston
- La balada de Narayama (1958) DIRECTOR Keisuke Kinoshita
- Dolls (2002) DIRECTOR Takeshi Kitano
- Furia (1936) DIRECTOR Fritz Lang
- El silencio de un hombre (1967) DIRECTOR Jean-Pierre Melville
- Grupo salvaje (1969) DIRECTOR Sam Peckinpah
- Horizontes de grandeza (1958) DIRECTOR William Wyler
- Cuentos de la luna pálida de agosto (1953) DIRECTOR Kenji Mizoguchi
- Vida de Oharu, mujer galante (1952) DIRECTOR Kenji Mizoguchi
- 47 Ronin (1941) DIRECTOR Kenji Mizoguchi
- El intendente Sansho (1954) DIRECTOR Kenji Mizoguchi
- Cuentos de Tokio (1953) DIRECTOR Yasujiro Ozu

Y ahora voy a preparar el post del Lunes, que mañana me voy a Calafell a disfrutar de sol, playa y mar, y dudo que este finde me busque un ratito para escribir en el blog.

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domingo, julio 17, 2011

Constatación brutal del presente -Javier Avilés- (II)

(Boom!) That’s a little scientist joke, and the proper way to begin this. As for the purpose of my notebook, I’m uncertain. Perhaps to organize my thoughts and not to go insane.

Tight Little Stitches in a Dead Man's Back
Joe R. Lansdale


Intentemos poner algo de luz en la oscuridad sobre el libro Constatación brutal del presente de Javier Avilés, aunque sea a costa de decir alguna u otra tontería, porque si dejo pasar demasiado el tiempo acabaré como el protagonista de la novela, y olvidaré los recuerdos nebulosos de la novela que aún permanecen en mi memoria.

CBDP se presenta como una sucesión de secuencias difíciles de enlazar, primeramente comienza con Sigma Fake, que da algunas de las interpretaciones para entender como se inició el desastre, tomando de referencia el documental de Allen Smithy que ya expliqué en mi anterior post. Esta secuencia se simultanea especialmente con el titulado Sección 9. Entre ellos también hay insertados un par de capítulos pequeños El otro, y El fin. Y al final está el capítulo que da propiamente el título al libro: Constatación brutal del presente, que es el que tiene una intención formal menos compleja. Según nos cuenta Avilés el orden de escritura de los capítulos fue inverso al que aparecen en el libro.

Sigma Fake comienza con un hombre atrapado entre cables y tuberías, parece que está escondido con un arma en la mano, quizás sin posibilidad de salir de allí. El hombre parece tener una confusión mental, y escribe una y otra vez como una especie de acto de autoafirmación, y también para que los recuerdos del presente no se diluyan como parecen haberse diluido los de un pasado más remoto. Según parece lleva ya unos años allí atrapado (quizás trece). Pero sus escritos son obsesivos; una divagación reiterativa sobre la imposibilidad de narrar en un mundo donde todo se ha destruido. El hombre es capaz de verse a si mismo, y explica de forma difusa la concepción de este libro.

Hay varias interpretaciones o referencias que se me ocurren a colación. Quizás la primera sería interpretar a Javier Avilés como un reflejo de este hombre que escribe, con un bolígrafo en mano en vez de arma (de hecho en el pasaje un bolígrafo se transforma en arma), y que nos cuenta una especie de hartazgo narrativo: no se puede narrar porque todo ya está escrito, o porque todo sencillamente tiene la posibilidad conceptual de ser escrito, y por tanto será escrito en algún momento por otra talentosa mano. A mi modo de ver esta percepción ocurre en los lectores compulsivos como yo mismo, que acabamos relacionar fácilmente unos libros con otros, y que tenemos tantas referencias que a veces nos es complicado no encontrar precursores a todo lo que en cualquier momento se escribe. Teóricos como Vladimir Propp o Joseph Campbell reducen los hilos argumentales en una serie limitada de categorías, pero no hace falta llegar a este extremo de simplificación, cuando se ha leído mucho es fácil emparentar un libro con otro o una película con otra, y demás.

El capítulo de Sigma Fake tiene rápidas correspondencias cinéfilas, 1) con el principio de la película Old Boy, dirigida por Chan-wook Park en la que un hombre es encerrado durante quince años en una habitación sin saber por qué, con la única compañía de un televisor. 2) Y aún más clara, con Haze (Neblina) de Shinya Tsukamoto en la que también un hombre aparece atrapado en una especie de conducto sin saber por qué. En cierta manera el ejercicio de estilo de Javier Avilés, está muy inspirado en el mediometraje de Tsukamoto, por el clima opresivo y la ausencia de respuestas que el protagonista lanza al aire en sus pequeños monólogos; divagando sobre si le habrán lavado el cerebro; habrá caído una bomba en el exterior; habrá perdido la memoria, o habrá sido secuestrado por un psicópata (la versión occidental a este tipo de films me imagino que correspondería a la sangrienta saga de Saw).

Y de la misma manera que Javier Avilés intenta dar una vuelta de tuerca al tema de los falsos documentales con Sigma Fake, también da una vuelta de tuerca al tema de la muerte del autor. Si Barthes popularizó esta expresión dando más valor al lector que al narrador, aquí nos encontramos con un mundo apocalíptico que confunde la realidad exterior al libro con la propia ficción literaria. Por un lado tenemos un texto “nebuloso” que obligatoriamente ofrece un abanico amplio de interpretaciones por parte de los lectores, que se volverán a su vez autores. Pero no sólo eso, sino que se plantea que si el mundo se ha vuelto apocalíptico ya ni siquiera quedarán lectores, por lo que cualquiera acto de escritura irremediablemente lleva a una narración imposible, a una inutilidad del propio acto de la escritura.

La sección 9 es la siguiente secuencia, y de hecho interpreto que está sección está totalmente vinculada a ese espacio de tuberías y cables del que hablaba antes. Sólo que la Sección 9 era antes de la bomba, y luego por el efecto de la devastación quedó convertida en ese amasijo de tuberías y cables.

La sección 9 está sino recuerdo mal en el subsuelo de la Cúpula (que parece el organismo de dirección central). La sección 9 es en principio un lugar donde se experimenta con humanos. Parece que a los pacientes que están allí, se les hace algún tipo de trepanación en el que se les extirpa la hipófisis, lo que produce una alteración metabólica que altera la conciencia. La imagen de la extirpación me hizo acordarme del cortometraje de Pi –otro film igualmente opresivo- de Darren Aronofsky en la que el protagonista se taladra el cráneo.
Pi

En la sección 9 uno pierde la conciencia individual y los recuerdos y pasa a tener una especie de conciencia colectiva o de enjambre. Pero el camino de esta experimentación deja al paciente en un estado animal, cercano a la locura, con unos impulsos que le hacen tener una inmensa sensación de hambre, sed y sobretodo ansia cuando se despiertan de la operación (cuando lo leía también me acordé del Tratamiento Ludovico de La naranja mecánica de Kubrick). Puede que el protagonista estuviera en este pabellón de experimentación durante cinco años, pero tampoco lo tengo muy claro, y no sé si malinterpreto las secuencias temporales (como muchas otras cuestiones argumentales). Parece ser que tras la bomba hubo una rebelión en la sección 9, o quizás fuera la rebelión en la sección 9 lo que luego desencadenó la bomba.

La sección 9 también parece tener una especie de fábrica de empaquetamiento donde colocan luego a los sujetos preparados ya para trabajar. En el libro también se narra una especie de accidente en una cinta de la cadena de montaje, que provoca al protagonista una herida y una infección, que desemboca en diversas amputaciones (o aprovechan ese accidente para llevarlo al pabellón experimental de la Sección 9).

La tercera parte del libro es la que sigue un hilo temporal y narrativo menos caótico, y las frases no son tan abruptamente entrecortadas como sucedía al principio. En CBDP el mundo ya está devastado, y tres personajes algo siniestros, comparten la hoguera y la comida (latas de judías), y cada día andan en la misma dirección caminando hacia la Cúpula. Apenas hay diálogo entre ellos. La realidad en la que viven está llena de detalles brutales. Uno de ellos que lleva una máscara de koala y arrastra el torso desnudo de un cadáver. De esta se explica que antes de llevar la máscara presenció la violación de su mujer por otro que llevaba la misma máscara, al que tras matarlo, él terminó suplantando, como portador de la máscara de koala.

Lo de cometer actos violentos llevando una máscara de animal en el rostro, es algo que tiene una cierta tradición americana, cuyo origen es la leyenda urbana sobre “The Bunny Man”, que luego hemos visto reflejado en películas como Donnie Darko o ya en su versión koala con la película japonesa “The executive koala” cuyo protagonista también tiene problemas memorísticos. Incluso Javier Avilés comenta en su blog, que dudó si hacer que el personaje llevara una máscara de conejo o de koala. Me imagino que un animal pequeño que normalmente parece inofensivo, cuando se le dota de un tamaño humano y rasgos antropomórficos, produce un cierto rechazo. Y más por el motivo de la ocultación de rostro tan asociado a los actos delictivos (hay por ejemplo también toda una tradición de asesinos que ocultan su rostro con el maquillaje típico de los payasos).

Bunnie Mask
¿No me digan que no hay algo terrorífico en esta foto de inocentes niños?

La cuestión es que de esos tres personajes que se dirigían a la cúpula, dos acaban muriendo por una pelea en la que ambos se asesinan, por lo que sólo queda el hombre al que apodamos “el hombre del traje marrón” dirigiéndose hacia la Cúpula. Quizás este personaje sea el mismo que estaba en la Sección 9, o quizás se trate de una especie de consecuencia de esas conciencias colectivas.

Al final el hombre llega a la Cúpula, y recupera los escritos que había allí escondidos, donde están los jirones de su memoria.

El libro por eso me imagino que tendrá otras interpretaciones, pero como ya decía a mi me descoloca un poco tantos vacíos narrativos, y no soy precisamente la mente más despierta para argumentos complicados, los cuales siempre me acaban cargando. En el libro hay algunos fragmentos menos experimentales y de gran lirismo que son los que a mí especialmente me agradan. Aquí dejo una muestra:

Cuando todo se quebró, cuando se rompió la conexión con la colmena, cuando sentí la soledad como una punzada de dolor por todo el cuerpo, cuando el mundo tembló y el Fin sobrevino, antes de enquistarme en el polvo y las tuberías y todo eso, alcé la vista al cielo y las vi. Millones de mariposas de ceniza meciéndose lentamente hasta llegar al suelo. El mundo estaba ardiendo, pero la belleza persistía porque yo estaba allí para contemplarla. Entre el dolor y la destrucción. Todo debe ser falso.

Si el libro hubiera seguido más este camino lírico que ese otro más experimental, seguramente hubiera sido más de mi gusto. Pero para gustos colores. Así que sólo queda agradecer al menos la valentía al menos de Javier Avilés de confiar en su instinto, y escribir este libro, y a los demás decirles que lo lean y que luego opinen, pues uno ha de experimentar nuevas lecturas y nuevos estilos, para saber si las cosas son de su agrado o no. Eso sí, creo que es un libro un poco complicado, y se le atragantará si no es usted un lector compulsivo.

PD. Por si hay alguien que recuerda la vieja Cúpula en las llamadas rolkamas, que se hacían en un viejo programa de radio Hospitalet, llamado Sábanas con chinchetas, cuyo presentador era el inolvidable José Miguel Cruz, y que a mí desde luego me hizo pasar noches inolvidables (aún debo tener en algún rincón cintas de las antiguas cassettes con algunos míticos programas grabados). Y por eso, en esta oportunidad que se me presenta ahora, no puedo más que homenajear a todos aquellos que siempre se sentirán chinchetaires, con uno de los más famosos gritos de guerra de aquel programa: ¡¡¡VIVA LA CÚPULA!!!

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viernes, julio 15, 2011

Pequeño inciso sobre la teoría del iceberg de Hemingway

Creo recordar que hay una escena en La venganza de los Sith en la que hay una persecución entre Darth Maul (el tipo con la cabeza tatuada de rojo) y otro personaje, de repente uno de ellos tiene que atravesar una especie de portal que tiene algo parecido a un campo de fuerza que impide el paso. El personaje –que no recuerdo el nombre- para pasar al otro lado guarda su sable láser y se pone en actitud de concentración; la barrera entonces se abre. A George Lucas le preguntaron sobre este tipo de “puertas” en una entrevista, y el respondió que en realidad la escena surgió de una idea impulsiva, y que él mismo no había meditado demasiado sobre este tipo de accesos, pero con el tiempo serían los propios fans de la serie los que le darían una explicación a su funcionamiento (ojalá alguien pudiera confirmar mi recuerdo).

Hay directores de cine como Michael Haneke que deliberadamente explotan este tipo de recursos en sus películas, y deja en casi todas sus películas un montón de aristas sueltas y finales abiertos, para que sean los propios espectadores los que a las salida del cine se embarquen en una discusión sobre la intención del autor, y lo que ha interpretado cada uno. Al principio las películas de Haneke me resultaban curiosas, pero al final me he acabado aburriendo un poco de esa voluntad de dejar casi toda la interpretación en manos del espectador.

En la literatura es famosa la teoría de Hemingway sobre la omisión (Teoría del iceberg), -también enunciada de otras maneras por muchos otros- en la que dice que una narración vale tanto por lo que se dice que por lo que no se dice. Como un iceberg en el que lo que se ve es lo escrito, pero que por debajo del nivel de flotación, hay una gigantesca masa de agua congelada oculta a la vista, que se encarga de aportar la solidez al mismo iceberg. Y estoy de acuerdo en que la novela en cierta manera surge de la ausencia y del silencio tanto como de lo escrito (lean Rayuela de Cortázar e intenten descubrir en que momento fallece el bebe Rocamadour)

Iceberg

El sutil silencio, es un recurso como cualquier otro, que se puede explotar mayor o menormente. Y a veces la sensación de avanzar en una lectura acompañado más que empujado es una sensación agradable, porque si nuestra intuición entra en juego nosotros mismos entramos en el juego de la construcción literaria. Por eso, no soy un lector que desee que se me de todo mascado, pero igual que digo esto, también me saturan tanto las películas en donde casi todo queda sin definir, como los libros en los que hay un exceso de vacíos, que no acabo de cuadrar. Me puedo imaginar la decepción en un libro de Agatha Christie en el que al final no se dijese quién es el culpable del asesinato correspondiente.

Recuerdo por ejemplo la película Cube, que me pareció magnífica. Supongo que la mayoría de los que lean esto sabrán el argumento, pero resumo: unas cuantas personas aparecen encerradas en un cubo lleno de trampas sin saber el por qué o el cómo han llegado allí. Al final las explicaciones son bastante vagas, y deja el camino libre para múltiples especulaciones. Recuerdo que cuando la comenté con algunos de mis amigos habían dos bandos, los que habían disfrutado con toda la película lo suficiente para que no les importase en absoluto el por qué de aquella situación inicial inexplicable, y luego estaban los que querían que todo al final quedase bien explicado, y que por ello no suelen soportar nunca los finales abiertos (los últimos minutos de una película suele ser la parte que queda más grabada en la retina del espectador, por lo que un mal final puede arruinar una buena película). Como en la vida todo suelen ser grises, no me declaro partidario ni de un bando ni del otro, pero de igual manera, como reza el proverbio: “todo exceso es malo”, y me aburre cuando uno ha de ir con un libro de instrucciones para entender tal o cual libro o película.

Por poner otro ejemplo cinéfilo, si han visto Primer de Shane Carruth, verán que la primera media hora es magnífica, y que luego todo se va complicando, hasta que llega un punto en que uno ya no se entiende nada, y cuando sale del cine, a uno se le queda cara de tonto, y se pregunta, ¿cómo narices se interpreta lo que he visto? Pues por si alguien se anima, aquí tiene un hermoso esquema que tal vez se lo aclare todo (sic).

Esquema Primer

Ya se sabe que cuando a uno viaja en el tiempo y comienza a cambiar el pasado, se comienza a montar un pitote de cuidado en las líneas temporales, y sólo igual te salvas, si te llamas Marty McFly (pero mejor no toquetees demasiado). Si alguna vez visionan Primer y no la entienden, no se preocupen, su perfil responde al de la media.

Y no es que haya que entenderlo todo, porque muchas veces considero que lo importante es las sensaciones que la película o libro nos produce más que la explicación que nos haría comprenderlo todo (supongo que el argumento funcionaría en cierta manera como el McGuffin Hitchconiano, que permite avanzar la trama, sin llegar a ser relevante). Pero volviendo a lo de antes: Todo en su justa medida.

Es por eso que tengo una sensación extraña después de leer el libro de Javier Avilés, por un lado valoro su ejercicio literario, porque sé que detrás de todo el estilo novedoso hay una propuesta rompedora, dispuesta a emocionar más que a dar un argumento claro. Y el mismo en alguna ocasión escribe “No hay nada que entender” y sencillamente invita al lector a seguir leyendo.

Pero me pasa como con su narrador, que de vez en cuando yo también me rebelo y grito: “No, no es eso”.

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martes, julio 12, 2011

Constatación brutal del presente -Javier Avilés-

Constatacion Brutal Presente

¿La brutalidad debe narrarse de forma brutal? ¿Cuáles son los mejores recursos para narrar un apocalipsis? Javier Avilés desde luego lo intenta, y en eso hay que darle el mérito de la valentía: por intentar caminar por un filo por el que nadie ha caminado antes; por jugársela fabricando una nueva narrativa, que es tan original como trabada. Después de leer su libro: Constatación brutal del presente (el mérito del título hay que dárselo a Enrique Vila-Matas), me vino el símil del urinario de Duchamp, como si Javier Avilés me hubiera plantado otra pieza de porcelana blanca enfrente de mí, en medio de la escuela literaria tradicional, y me dijera: “Esto también es narrativa” (Y si no lo es… tampoco importaría demasiado, porque en esta obra el lector ideal, ha pasado a un segundo plano, por no decir algo más funesto).

¿Se puede leer un libro como se contempla un cuadro expresionista? Deformando la narrativa hasta límites ininteligibles o ilegibles. Esa es parte de la intención de Javier Avilés; que nuestro ojo perciba un absoluto caos, que nuestro entendimiento sienta que la línea temporal de la novela ya no es tal, y que en realidad –si esta existe- sólo somos capaces de observar una sucesión de escenas que nos será difícil conectar, dándole quizás esta tarea a la parte más irracional de nuestro cerebro, mientras que con la parte más racional hallaremos una cierta belleza en la brutalidad, a la vez que Javier –por deformación profesional- se embarcará en una serie de juegos metaliterarios.

Como soy de ciencias, siempre he manejado un concepto al que denomino la “torsión del texto”. Un texto puede alejarse tanto del lector individual como del lector ideal quedando su punto de equilibrio del triángulo, mucho más cerca del vértice de la mano del autor; cuando este dota al texto de belleza. Pero si se torsiona demasiado el texto se quiebra. En este libro considero que la narrativa se ha torsionado demasiado en muchas de sus páginas, y la belleza es la que nos ofrece tanto la brutalidad como las referencias metaliterarias que captemos (ya digo que es un libro para iniciados y para valientes). Sin embargo tengo que decir a mi pesar, por el aprecio y la admiración que le tengo a Javier Avilés y su Lamento de Portnoy que a veces las páginas se me hacían cuesta arriba; demasiado incómodas para leer, llegando algunas a ser insufribles. ¿Qué sentido tiene no disfrutar cuando se lee? Quizás es por mi formación racionalista, pero no me gusta acabar un libro y no haber entendido ni la mitad. Aunque sé que Javier era totalmente consciente del efecto que iba a producir en el lector medio, y en cierta manera todo el libro parte de esta imposibilidad sobre la literatura (Blanchot seguramente es teórico que más ha reflexionado sobre esto).

Imagino que parte del atractivo es este juego posterior que la narración de Javier Avilés propone, y en el que ahora me embarco. Si con estas líneas podría interpretar que ya he hecho la reseña correspondiente que quería hacer (el libro de Avilés sin duda es de los más complicados que me he encontrado a la hora de reseñar), lo que me apetece es intentar ser igual de valiente que Javier y extenderme aún más en mis palabras. Me quiero aventurar a hacer un resumen de lo que entendí. Por si alguien llega aquí y le sirven mis interpretaciones, o por todo lo contrario, si alguien lee esto y le apetece corregirme, o confesarme las claves de lo que yo no entendí. Parto de la base que quizás yo le esté buscando tres pies al gato, y la línea que yo busco y con la que pretendo hilarlo todo, en realidad no exista, y todo se resuelva como un montón de imágenes inconexas. Incluso creo que Javier lo dice alguna vez en el libro: “nuestro cerebro nos miente porque busca continuamente pautas”. Es como ese relato de Borges donde se narra la imposibilidad de los cartógrafos de crear un mapa 1:1 (Del rigor en la ciencia). Nuestro cerebro nunca puede abarcar la realidad completa y lo que hace es reconstruirla con la mentira, para que podamos tener una visión lógica del mundo.

La primera parte del libro va sobre el documental Sigma Fake (Sigma en el ámbito científico suele expresar un sumatorio, por lo que quizás deberíamos interpretar el título como una suma de falsedades). La narración nos dice que Sigma Fake supuestamente es un documental que rodó Allen Smithy en el que se desmontaba la creencia popular de que un personaje realizó acrobacias entre dos altos edificios. Pero no sólo se afirmaba en el documental que el acto no tuvo lugar, sino que Smithy al final terminaba afirmando que los edificios donde tuvo lugar tampoco existieron. Y de esta manera habría que cuestionar los atentados que llevaron a la guerra y que provocaron los efectos de la bomba (sabemos por ello que ha habido un apocalipsis pero aún no sabemos bien quién narra y por qué).

En realidad Sigma Fake es un juego metaliterario por el que Javier Avilés hace múltiples referencias a otros documentales o hechos. El primero sería el de Fraude de Orson Welles (F de Fake) en el que se intentaba que un estafador pintaba un cuadro con el estilo de Picasso y éste al final lo acababa autentificando como suyo. En realidad todo era una farsa de principio a fin.

El nombre de Allen Smithy es una referencia al seudónimo cinematográfico de Alan Smithee, el cual es una especie de broma americana, y se pone dicho nombre cuando por alguna razón el autor no quiere aparecer en los créditos de la película (Alen Smithee es un anagrama de “The alias men”).

Las referencias al acróbata entre los edificios hace referencia sin duda a Philippe Petit, funambulista que el 7 de agosto de 1974, él y sus ayudantes en un plan largamente estudiado se colaron en las torres del World Trade Center y de madrugada colgaron un cable de acero entre ambas torres, que Petit cruzó con la única compañía de una barra de equilibrio. Nueva York amaneció con la extraordinaria imagen de un funambulista intentando pasar de una de las Torres Gemelas a la otra (Todo el espectacular plan se narra en el exitoso documental Man On Wire). Smithy plantea que todo esto en realidad no tuvo lugar, que las personas que aparecen en este documental son en realidad actores. Pero no solo eso, sino que el edificio en realidad no existió, y los atentados que llevaron a la guerra y a la bomba entonces tampoco pudieron en realidad ocurrir.

Man on Wire

Estas últimas dudas acerca de la existencia del edificio, sin duda hace referencia al atentado de las torres gemelas del 11 S, que viéndolo desde nuestros televisores tenía algo de irreal. ¿Cómo si no puede ser un suceso tan espectacular? Millones de personas pegados al televisor como si estuviesen viendo la película más dramática jamás rodada. Javier incluso habla en una ocasión de un acto artístico-terrorista. Cuando hubo los atentados del 11 S muchos trajeron a colación las teorías conspirativas, donde el propio estado norteamericano habría cometido los atentados sobre sí mismo para poder luego entrar en la guerra contra sus objetivos militares. Javier pesca en ese caldo.

Atentado 11 S

¿Y si imaginamos que las torres gemelas nunca existieron? Esta pregunta hace referencia al mockumentary (falso documental) francés Operación Luna (2002), en la que de forma muy creíble, mediante entrevistas a diversos personajes -algunos importantes en la carrera espacial- se recoge el mito de que el hombre nunca llegó a la Luna, sino que en realidad todo fue un montaje de Stanley Kubrick que rodó en un plató, por encargo del presidente Nixon.

La presencia de Kubrick en el libro es continua, hay otras referencias tanto al monolito de 2001 Odisea del espacio, como a La chaqueta metálica, o también al coronel Kurt en Apocalispsis Now. La otra gran influencia de Javier que está sin estar, es sin duda David Lynch (para quizá entender el propósito de este libro uno debería visionar y disfrutar antes de películas como Mulholland Drive).

Bueno y como esto se está alargando demasiado creo que mejor paro por hoy, y continúo otro día con otro post, aunque lo que me queda por decir confieso que es mucho más nebuloso, y difícil de escribir.

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lunes, julio 04, 2011

Sobre los amigos y las preguntas idiotas

Hay preguntas que uno no debería hacer porque ya sabe de antemano que la respuesta no le va a gustar. Se dice popularmente que no hay malas preguntas sino malas respuestas, pero yo creo que sí, que también malas preguntas, porque ¿cómo narices se contesta a alguien que te pregunta y que ya sabe que la respuesta no le va a gustar? Y aún a sabiendas de esto, te pregunta. Y tu entonces te sientes como un animal salvaje acorralado, con las uñas afiladas, dispuesto a girarte, a saltar y morder, pero no… hay una opción para salir de allí con un cierto grado de dignidad y sin que haya heridos; la salida es esa vieja conocida de la humanidad llamada “mentira”, una mentira que en este caso es cercana a la piadosa, quizás una mentira que se compadece de uno mismo (disonancia cognitiva). Ratificar la respuesta que espera fomentaría el terreno de la discusión, y en mi caso va a ser que no, porque soy de naturaleza pacífica, y pienso que sólo se ha de discutir si de verdad vale la pena el motivo de la discusión.

No se trataría de una pregunta retórica, porque en estas uno más que buscar la interlocución, lo que busca es su propia afirmación. De hecho, yo hago muchas de éstas, solo porque soy de naturaleza curiosa, y porque siempre busco una reafirmación en el matiz.

De lo que hablo es de cuando el que pregunta obliga al que responde a mentir. Porque una mentira a tiempo puede ser mucho menos dolorosa que confirmar la verdad. Ah! Sí! La verdad por si no lo saben está sobrevalorada.

Me contaron que un ladrón fue cogido porque se había quedado atrapado en la chimenea por la que intentaba entrar en una casa. Cuando el fiscal le preguntó que hacía allí en la chimenea, el ladrón le respondió que había subido a aquel tejado porque había pensado que desde allí se verían bien las estrellas, y una vez allí, se había tropezado cayendo en el interior de la chimenea (sin palabras).
Preguntas
He ordenado un montón de imágenes que tenía recopiladas de internet. Es posible que por ello ja,ja el blog pueda mejorar un poquito en lo que respecta a la facilidad de posteo y en la temporalidad (el tener las imágenes más a mano me hace tener mucho material que me apetece compartir y hasta me anima a escribir). Ahora encuentro maravillas como esta fácilmente en mi ordenador

Granja de pollos

(ésta seguramente es la mejor respuesta que creo haber leído en todo mi tiempo de internauta).

Otra pregunta que siempre me ha sonado bastante idiota es la de “¿quieres ser mi amigo?” Generalmente quién la formula suele padecer de algún tipo de problema de retardo o retraso mental, así que basta que alguien la pregunte, para que si no es que tiene la excusa de tener menos de diez años, huyamos de allá como alma que lleva el diablo. Hace unos meses puse un gadget en el lateral de este blog llamado “Google Friend Connect”, más que nada por que ví que muchas otras personas tenían cosas parecidas. Tras este tiempo la cifra de personas que me han declarado su amistad, es nada más y nada menos –redoble de tambores- ¡1 persona!. Lo cual me hace sospechar que el gadget encima funciona (ja,ja) Pues ese desconocido en el cuadrito del avatar, pone que se llama Leonardo. Así que Leonardo, ¡AMIGO!, a ti en cierta manera te dedico el post por tu reconocida amistad. ¡Qué nos dure por mucho tiempo! Bueno, en el manual del bloguero quizás se diga que hay que dirigir los blogs hacia un tipo de target específico, pero este no es el caso de este blog, a veces tiro de videos de you tube, otras me da por leer bastante y comentar mis lecturas, y en otras me da por hablar un poquito de mí (aunque esto siempre lo intento evitar por pudor). Pero vamos, que es normal que entre tanto mejunje posteado, entiendo que cualquiera que pase por aquí se desoriente un poco.

Por cierto, fui el otro día a ver La red social con E. en el cine al aire libre que montan en las cotxeres de Sants, y puede que pintaran a Mark Zuckerberg como algo gilipollas, pero a mí me cayó bastante bien. ¿Qué puedo argumentar a mi favor? Creo que tengo debilidad por la gente ingeniosa…

De todas maneras sigo sin llevarme demasiado bien con todo lo del feisbuc, y más que el botón de “me gusta”, prefiero mil veces la versión “me lo tiro”.

Bola extra con este otro video de Alberto González Vázquez: Restaurante VIH.

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viernes, julio 01, 2011

Bon dia, ningú ho ha demanat però fa bon dia

Me he levantado con la noticia que la Guardia Civil por orden de la fiscalía anticorrupción, estaba registrando la sede de la SGAE por apropiación de fondos indebida, y ya el summun ha sido cuando he oído que Teddy Bautista había pasado a disposición judicial. Estos hechos inevitablemente me han hecho colgarme una amplia sonrisa sobre la boca para el resto de la mañana. Los ingleses para estos casos tienen una expresión que dice algo así como “give me a boner” que en castizo viene a ser algo así como “me he puesto palote”.

Para continuar con el buen humor, he recibido la llamada de un amigo que siempre me hace reír, y que me llamaba solo para aclarar y disculparse por un ínfimo malentendido al que yo no le había dado ni la más mínima importancia. En realidad me parece increíble que haya gente tan considerada, y si no lo conociera, pensaría que me han cambiado el mundo en el que vivo, o que hay señales que anuncian el apocalipsis.

Después oyendo la radio he oído a Carles Francino y a Javier Rioyo con lo del concurso de microrrelatos de la Ser. La verdad es que a veces uno escucha relatos muy buenos, y el que voy a postear francamente lo es. De hecho creo que si no he entendido mal es el que ha ganado la final del concurso de microrrelatos, y creo que realmente se lo merece, porque volviéndolo a releer me parece un ejemplo perfecto de lo que debiera ser un micorrelato:

Si lo adjetivo, gasto casi más palabras de las que tiene el propio microrrelato tiene. Me gusta su precisión, su belleza, su brevedad, su simplicidad, su originalidad y esa última gota amarga que le da al final el punto exacto de consistencia. Como podéis ver el relato me ha parecido brillante, y lo dejo aquí para disfrute del viajero cibernauta que arribe a ésta, mi morada.


Unidad indivisible

Todo el mundo sabía que era una mujer bala, pero él, ciego de amor, separó las dos partes. La mujer se le clavó en el alma. La bala, en la sien.


Autor: Victoria Trigo Bello

Mujer Bala

Si después de ver esta fotografía aún no tienen una sonrisa en la boca, entonces tendré que tomar medidas más drásticas. ¡¡Si no sonríen ahora, es que ustedes no tienen sangre en las venas!!

El fin del mundo de la moda



Vídeo de Alberto González Vázquez (vía El bigote de Rizzo)

Ale! A pasar un buen finde!!

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