La Librería

Pequeños retales de literatura

jueves, marzo 05, 2009

Intermezzo

Me disculpen… hoy escribí esto inspirado por los cantos de las musas. Quizás sólo tiene sentido para mí. Pero los textos ya están suficientemente muertos de por sí, para que yo no les intente insuflar un poco de vida colgándolo aquí. Perdonen la palabrería… pero ya me lo dice el médico: -¡La medicación! Vigo, ¡No olvides tomar la medicación! Otro día prometo ser más diáfano.

Anhelamos los tiempos en que nos sentimos más jóvenes. Porque teníamos más esperanzas, más sueños que cumplir. Y sin embargo el tiempo implacable se deshizo al quemarse al amparo de nuestros dedos. Si tan sólo un rasgo de belleza: una aureola multicolor en un charco oleoso; un día de lluvia en el que tú vuelves aparecer; una broma que cojo al viento antes de que sea pronunciada. Quizás reencontraría la fuerza para cargar con el mundo y subir de nuevo la colina. Mientras tanto, los recuerdo vagos me acosan: conversaciones con sonrisas de cafeína; tugurios donde el tiempo veloz nos araña las horas, y donde dejamos como única huella nuestros nombres grabados en la rugosa madera. Hubo noches en que enfermé de locura. Porque es tanteado los abismos de la locura donde uno encuentra la más absoluta lucidez. Dejé muestras de mi genio en hojas que caligrafié, hasta llenarlas de palabras. Siempre intenté desprenderme de los papeles que iba dejando detrás de mí, porque los legajos propios son siempre pesados.
Sólo se salvaron los más incomprensibles por eso, porque fueron el fruto creativo de una noche irrepetible, y escritos al amparo de tan inhóspitas condiciones que resultaron incomprensibles al ojo humano.
Ahora que presiento la cercanía de los perros hambrientos, que despedazan todo cuanto alcanzan; que se ríen de las vidas de los demás, y dan muestras de crudeza al enseñar el filo de los colmillos en el frío del atardecer. Ahora, que se empeñan en ladrar que no hay respuestas, y que uno ha de construir día a día, y si puede ser ¡claro! en compañía. ¿Algo nuevo bajo el sol?
¿Quieres mi respuesta Cronos? Puedo leer mi bitácora: navego donde otros se hunden, y me hundo donde otros navegan. La imagen del mar lamiendo las heridas en la orilla, y a la vez desgastando la inamovible roca con la envestida violenta de sus olas. Yo soy como ese mar. ¿Díme si he de elegir? Pues entonces marco que la brújula placentera será el rumbo de mi deseo. Alcanzar un placer superior. Sí! donde todos creen haber superado la desilusión con ironía, pues yo sigo creyendo en precisamente eso, en que no hace falta superar nada. El destino será irremediable, y aún fatal, puede ser tan atractivo como el viejo canto de las sirenas. Salvo que ellas nunca son viejas. ¿Un rasgo de belleza? Las sirenas suelen ser bellas.
Y es que en días como hoy me persiguen las nostalgias.

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3 Comments:

Blogger Enrique Gallud Jardiel said...

Una prosa muy lograda. ¡Enhorabuena!

10:08 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

A trazos desencantado para dar un giro, contradicciones humanas...

9:10 p. m.  
Anonymous Cris M said...

Hola, Soy Cris M, de Buenos Aires, cai aqui buscando el poema "Itaca" y me perdí en el blog. Este texto me pareció muy bueno!
Un beso,
Cris M

12:13 a. m.  

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