La Librería

Pequeños retales de literatura

jueves, julio 10, 2008

Tus ojos salvajes

Estoy leyendo el último número de la revista Narrativas, y cuando termine con ella -que es completita- espero dedicarle un post bastante más trabajado que éste, ya que celebran su décimo número y quería homenajearlos en la medida de mis posibilidades, aunque sólo sea por el esfuerzo que ponen los que la dirigen y los que colaboran en cada uno de sus número (en éste especialmente reconozco a unas cuantas “caras” conocidas). Este número es un especial que lleva como tema central el erotismo. Como ya digo, espero tener más tiempo y poder analizarlo un poco más detenidamente, pero de momento, aquí va esto... He intentado inspirarme un poco en unas bonitas curvas y de paso hacer un poco de ejercicio de estilo. Espero que les guste.

“Tus ojos salvajes encierran la profundidad de la noche. Son como dos pozos de negritud dispuestos a recibir mis deseos lanzados en céntimos. Dos niñas enlutadas donde acudo a llevar mis dudosos rezos. Pero hay un haz de luz en tu cara que provoca tu cabello dorado. Es el sol que transforma tus rizos en olas de fuego. Tú eres el amanecer: una comunión exótica entre el día y la noche, que se perpetúa en tu piel de arena. El velo que transluce el misterio de lo oscuro con lo claro. Eras tan bella como un destello entre las sombras. Tú, penumbra de culturas de oriente y occidente. Te veo moverte con soltura; con la misma frescura de alguien que quiere entregarse a los demás. Joven samaritana, dispuesta a deshacerse en miles de motas de polvo danzarinas e hipnóticas, para que todos llevemos a nuestras casas, dispersas entre nuestros dedos pequeñas briznas de luz. Al verte creo que retomo el canto de libertad y exotismo del pirata de Espronceda; al verte me hermano con un Prometeo que es capaz de liberarse de cualquier tipo de cadenas. Tú sola con tus rizos izados al viento representas el grito de libertad de los más jóvenes. ¡Oh niña perfecta! que así te llamó García Márquez en una ocasión. Ofreces el pecado de la carne al mero precio de los sueños. Ya han pasado los años de aquello, y ahora eres todavía más mujer. Mujer renovada. Mujer eternamente joven. Mujer que sabe que el ofrecimiento de un delicado ombligo lleva más peligro que cualquier mísera manzana recogida del árbol prohibido."

"que se extingan todas las puestas de sol, siempre que me quedes tú...".

No lo he dicho. Pero esto continuaba el anterior post. Si aún no saben la musa que dirige mis dedos aquí va más que una pista, una autopista:

“Si cada parcela de un cuerpo nos atormenta como problema...más que un juego de la carne...una invasión de la carne...por el espíritu."

Marguerite Yourcenar, en "Memorias de Adriano".

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