La Librería

Pequeños retales de literatura

miércoles, marzo 05, 2008

La vida breve de Oscar Wao

Me crucé con la escritura de Junot Díaz hace más de diez años, bueno en realidad no fui yo quién se cruzó realmente con Junot, sino que sencillamente su libro cayó varias veces en mis manos durante unos días, quizás hasta unas semanas. Lo curioso es que me volví a cruzar con este escritor dominicano, hace unos días cuando leí una reseña sobre un nuevo libro suyo “La maravillosa vida breve de Oscar Wao” pero este tardío reencuentro, fue como cuando te cruzas con algún conocido por la calle cuyo rostro no consigues situar. Al leer la reseña sobre el libro, varios datos se pusieron a parpadear en mi cabeza como la luz ámbar de un semáforo, y pese a notar esa extraña sensación, no conseguí averiguar el origen de esas señales remotas que mandaban los rincones apolillados de mi cerebro.

Han pasado varios días, desde esa sensación, y no ha sido hasta hoy que de repente sin saber por qué, uno de esos recuerdos ha cobrado fuerza y por alguna misteriosa razón que no alcanzo, he comprendido. Es extraño reencontrarse con imágenes del pasado; es extraño recordar que hace más de diez años ella estaba en la cama que compartíamos, y ella leía un libro de Junot Díaz, concretamente Boys, el cual yo a veces lo cogía sólo para echarle un vistazo y averiguar sus gustos. Leía unos cuantos párrafos y se lo devolvía criticándolo, con el único deseo de hacerla rabiar. Le decía que la prosa que utilizaba Junot me parecía demasiado enrevesada, llegando a ser a veces incomprensible. Ella luego me lo rebatía y nunca nadie ganaba la batalla. Pero mientras la escena sucedía, ambos nos reíamos con aquellos pequeños detalles que componían nuestra vida. Con el tiempo ella terminó aquel Boys y entonces comenzó a leer un libro de cuentos de Bukowski. Si les digo la verdad, hasta que ella no leyó a Bukowski, yo desconocía totalmente lo que era el realismo sucio. El descubrimiento de Bukowski marcaría después muchas de mis lecturas posteriores. Siempre lo dije, aprendí muchas cosas de ella, y por ello siempre le estaré en deuda.

Pero vayamos a Junot Díaz, cuyo olvido por mi parte es debido también a que el dominicano a permanecido mismamente también aletargado durante estos diez años, sin publicar ninguna otra novela en todo este tiempo. Publica ahora esta esperada vida breve de Oscar Wao, en la que narra las desventuras de un joven dominicano en New Jersey. El joven Oscar Wao no es precisamente uno de esos latinos conquistadores que parecen dispuestos a comerse el mundo, sino que más bien su vida es la de un marginal que vive apartado del mundo, pero que sueña con convertirse en un escritor. El personaje de Oscar Wao es un joven negro, algo gordo, aficionado a la ciencia ficción y cuyo éxito con las chicas –lo cual le obsesiona- es más bien nulo. El origen de su nombre Oscar Wao es en realidad el apodo por los que los demás le llaman, ya que una vez al encontrarse con otros dominicanos uno quiso hacer la gracia diciéndole que se parecía a Oscar Wilde, y al hacerlo le salió el acento excesivamente quisqueyano, quedando el apellido del irlandés convertido en un simple Wao.

Habría que aclarar que el libro está originalmente escrito en inglés The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, aunque utiliza una prosa mestiza, cercana al spanglish, por lo que está trufada de vocablos en castellano original. Se trata por tanto uno de esos libros cuya traducción representa un trabajo doble para el traductor.

Junot lleva viviendo casi toda su vida en los EEUU, por lo que representa a esos escritores que se alejan un poco de la tradición más clásica de la literatura latinoamericana y bebe más de las fuentes de la literatura americana. Su estilo urbano me recuerda a lo que hace unos años se denominó la generación Mc Ondo, en contraposición al Macondo de la generación del Boom y el realismo mágico.

Para Junot esta inmersión entre las culturas inglesa y latina, le da una sabrosa mezcla que reconozco que hace unos diez años no supe apreciar. Con el tiempo he descubierto que estas zonas fronterizas de la literatura son muchas veces donde se fragua lo nuevo. Es en esa doble adquisición de raíces formativas donde se gestan las vanguardias culturales que son capaces de dar nuevos giros al arte, a la literatura, y por tanto también a la novela.

Para que se hagan una idea, un fragmento de un relato de Junot Díaz que se puede encontrar en el último número de la revista literaria Hermano cerdo (la cual también recomiendo fervorosamente).

Alma es flaca como un palo, tú un bloc adicto a los esteroides; Alma adora conducir, tú los libros; Alma tiene un Saturn (se lo compró su papá que es carpintero y que sólo habla Inglés en la casa), tú no tienes ni un punto en la licencia; Alma tiene las uñas demasiado sucias para cocinar, tu espagueti con pollo es el mejor del país. Son tan diferentes-voltea los ojos cada vez que pones las noticias y dice que no soporta la política. Ni siquiera se llama a sí misma Hispana. Se jacta con sus amigas diciendo que eres un “radical” y un verdadero Dominicano (aunque en el Índice del Plátano tú no ranqueas, y Alma es la tercera Latina con la que realmente has salido). Te jactas con tus panas de que ella tiene más discos que todos ellos juntos, que dice unas terribles vainas de blanquita cuando están singando. Es más audaz en la cama que otras muchachas que has tenido; en la primera cita te preguntó si querías venirte en sus tetas o en su cara, y tal vez durante tu entrenamiento de hombre no te llegó ese memo, pero le dijiste, como que, hmm, en ninguno. Y al menos una vez a la semana se arrodillaba en el colchón frente a ti y, con una mano tirando de sus oscuros pezones, se tocaba, y no te dejaba que la tocaras, los dedos cepillándole la semilla y su cara de desesperada y furiosa felicidad. Le encanta hablar cuando se pone de sucia, también, susurrar, Te gusta mirarme, verdad, te gusta oír cuando me vengo, y cuando se viene suelta un gemido largo y demoledor y sólo entonces te deja que la abraces mientras se limpia los dedos en tu pecho. Esa soy yo, te dice.”

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4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

A mi me encanta Bukowski!
Gracias por la reseña... lo mejor de la red es sin duda tener tantos descubrimientos al alcance de la mano...

Salud!

2:41 a. m.  
Blogger Baakanit said...

Muy buena su reseña. Muchas veces los talentos como el de Junot pasan desapercibidos. Ahora hay que decirle Don Junot, el premio pulitzer lo ha elevado.

Saludos

11:47 p. m.  
Blogger Alejandro Nuevo said...

alguien sabe de donde puedo bajar el libro de Don Junot???

1:32 p. m.  
Blogger Nené traviesa said...

Bravo por Díaz y su Oscar Wao. Yo acabo de terminar de leerlo y me arrolló su prosa y su talento para asombrar al lector. Gracias por tu reseña.

11:16 p. m.  

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