La Librería

Pequeños retales de literatura

martes, marzo 14, 2006

No te rindas, Miles

A veces uno oye hablar de vinos de oídas, y comprende que el que le está hablando ha leído mucho de vinos pero sin embargo su gusto en realidad no sabe distinguir un Pinot de un Cabernet. Este sin duda sería mi caso, un lector de oídas y un auténtico analfabeto del mundo de la enología. De lo de lector de oídas ya me defenderé en otro momento, pero lo del vino, lo confieso aquí y ahora: soy de los que agradecen una botella de gaseosa que rebaje un poco el sabor del vino (recuerdo un buen texto de Casciari que hablaba de algo parecido). Y ese también sería el efecto que me ha producido leer alguna de las críticas de la película Entre Copas, pues tengo la impresión de que alguna de las reseñas ha actuado únicamente de oídas.
El argumento es bastante sencillo, dos amigos ante la próxima boda de uno de ellos, deciden pasar una semana catando vinos y jugando a golf por los valles vinícolas de Santa Bárbara. El dúo esta compuesto por un profesor de literatura algo neurótico que pretende infructuosamente ser escritor, y un actor de segunda fila que se niega a madurar, y que busca poder echar un último polvo antes de su inminente boda.
Sólo decir que es una película que te va atrapando lentamente, y casi podríamos decir que se saborea como se degusta un vino; al igual que en una cata se agita lentamente la copa, la película se va disfrutando a medida que uno va entendiendo mejor el comportamiento de sus protagonistas. Creo que la película más que divertida es interesante por el poso que va dejando, y porque refleja perfectamente unos perfiles que nos son comunes a la mayoría (espectaculares los actores).

El siguiente diálogo se desarrolla en después de que a Miles le hayan vuelto a rechazar su novela. Deprimido por su divorcio, y sus dificultades económicas, habla con su amigo Jack:
Miles (Paul Giamatti): Bueno, al mundo le importa una mierda lo que tengo que decir. No soy necesario. Soy tan insignificante que ni siquiera puedo suicidarme.
Jack (Thomas Hayden Church): Miles, ¿qué diablos se supone que quieres decir?
Miles: Vamos, hombre. Tú sabes. Hemingway, Sexton, Plath, Woolf. No te puedes matar antes de que siquiera te publiquen.
Jack: ¿Qué hay del tipo que escribió La conjura de los necios? Se mató antes de que lo publicaran. Mira lo famoso que es.
Miles: Gracias.
Jack: Sólo no te des por vencido, ¿está bien? La vas a hacer.
Miles: La mitad de mi vida se acabó y no tengo nada que mostrar. Nada. Soy una huella digital en la ventana de un rascacielos. Soy una mancha de excremento en un papel de baño desembocando al mar con millones de toneladas de desperdicios.
Jack: ¿Ves? Ahí está. Lo acabas de decir. Eso es hermoso: "una mancha de excremento... desembocando al mar".
Miles: Sí.
Jack: Yo nunca podría escribir eso.
Miles: De hecho, yo tampoco podría. Creo que es de Bukowski.

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3 Comments:

Blogger Palimp said...

¡Herejía! ¡Vinoo con gaseosaa! ¡Lapidaciónn!!!!

3:31 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Jajajaja, Palimp... Los experimentos, con Casera.

La frase me parece sublime. Es una de las que me quedó grabada de la peli. O de hecho, la única, por más que la peli tiene mucha enjundia...

pero es que simboliza tan bien el fondo del pozo sin fondo...

6:01 p. m.  
Blogger francisco m. ortega said...

Buen libro 'La conjura de los necios' y el Miles este se parece a tantos personajes literarios. Respecto al vino, como gustos hay colores y cada uno tiene el paladar que tiene. A unos se lo educaron en buenas bodegas y no a precio de coste y otros aprendieron con el calimocho. Mejor no asustarse por estas cosas. Puristas los justo, es decir mejor ninguno.

6:16 p. m.  

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