La Librería

Pequeños retales de literatura

viernes, enero 06, 2006

Et in Arcadia ego

Rapidísimo. Un pequeño fragmento de un libro que tal vez alguno reconozca, quería otro fragmento pero aprovecharé para dejar este en el aire durante unos días por si alguien lo reconoce. No creo que sea muy difícil.

—La Arcadia era una antigua región del Peloponeso, Grecia, que fue fundada en el 370 antes de Cris­to, y estaba completamente rodeada de montañas. Su ciudad principal era... Megalopolis, que también era el centro de la actividad política y la capital de la confederación arcadiana... —Tomo un sorbo del oporto, que es espeso, fuerte, caro—. Fue destruida durante la guerra de independencia griega... —Vuelvo a hacer una pausa—. Originalmente a Pan lo adoraban en Arcadia.
¿Sabes quién era Pan?
Sin apartar nunca los ojos de mí, asiente.
—Sus fiestas eran muy parecidas a las de Baco –le cuento—. Por la noche jugueteaba con las ninfas, también le gustaba... asustar a los viajeros durante el día... De ahí la palabra pán-ico. —Bla bla bla. Me divierte seguir sabiendo estas cosas y levanto la mirada del oporto que he estado mirando pensativamente y le sonrío. Ella guarda silencio largo rato, confundida, insegura de lo que debe responder, pero por fin me mira profundamente a los ojos y dice, vacilando, inclinándose encima de la mesa:
—Es... tan...interesante —que es lo que le sale de la boca, es todo lo que dice.
Once treinta y cuatro. Estamos parados delante del apartamento del Upper East Side de Jean. El portero nos mira cansinamente y eso me llena de un miedo innombrable. Un telón de miles de estrellas brilla en el cielo y me humilla lo muchas que son, lo que me cuesta bastante soportar. Jean se encoge de hombros y asiente después de que yo diga algo sobre la ansiedad. Es como si a su mente le costara mucho comunicarse con la boca, como si tratara de realizar un análisis racional de quién soy, lo que es, por supuesto imposible: no... existe... una... clave.
—La cena ha sido maravillosa —dice-. Muchísimas gracias.
—La verdad es que la comida ha sido mediocre, pero me alegro de haber estado contigo.-Me encojo de hombros.
—¿Quieres subir a tomar una copa? como sin darle la menor importancia, y aunque me muestre crítico con respecto a su planteamiento, eso no significa necesariamente que no me apetezca subir.


La pista es la nota que aparece en una de sus primeras páginas.

Ésta es una novela y por lo tanto todos los personajes, situaciones o diálogos que en ella aparecen –a excepción de algunas esporádicas referencias a personas, productos y lugares por todos conocidos- son imaginarios y no se refieren a nadie en particular ni pretenden dañar los intereses de ninguna entidad.

Y por supuesto hablando de la Arcadia me es imposible no citar al blog de Jorge Mayer, escribiendo desde Trelew, que parece que ha colgado el cartel de cerrado por vacaciones. ¡Hasta pronto Jorge!

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