La Librería

Pequeños retales de literatura

viernes, noviembre 18, 2005

Arde París, pero no así

Poeta Negro

Poeta negro, te obsesiona
un seno de doncella
poeta amargo, la vida se agita
y arde la ciudad
y el cielo se diluye en agua,
y tu pluma punza el corazón de la vida.
Selva, selva, ojos irisados
sobre pináculos que se multiplican
hilos de tormenta, los poetas
montan caballos, montan perros.
Los ojos se enardecen, las lenguas giran
el cielo fluye hacia las fosas nasales
como una leche azul y nutritiva;
estoy atento a sus bocas
mujeres, rígidos corazones de vinagre.
Allí donde tiemblan
Allí donde tiemblan vitriolos vivientes
los poetas elevan sus manos,
el cielo ídolo sobre las mesas
se vuelve sobre sí mismo, y el fino sexo
empapa una lengua de hielo
en cada agujero, en cada lugar
que al avanzar el cielo deja libre
El suelo está emparedado de almas
y de mujeres con un sexo hermoso
donde los minúsculos cadáveres
reflejan sus momias.

Supongo que esto lo podría haber escrito Baudelaire, pero no, los versos aquí suenan mucho más extraños. Baudelaire utilizaría metáforas más directas, aquí en cambio estaríamos en una línea más cercana a otros poetas del estilo de Celan. En realidad corresponde a otro de los malditos: Antonin Artaud escribiendo con su pluma en El ombligo de los limbos (Ombligos=>Lirva=>Caricias a su ombligo) .Y yo, que nunca seré poeta, quiero al menos que arda la ciudad, y que sólo sea por el seno de una doncella.

Escuchando
Rihanna - Pon De Replay

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2 Comments:

Blogger Guadalupe said...

pero que interesante imagen...
sensual

12:53 a. m.  
Blogger Vigo said...

lelaina Creo que siempre he sentido una oscura atracción hacia los poetas malditos, y los poemas que me gustan acostumbran a ser desgarradores. Es una satisfacción comprobar que no soy el único al que le gustan.
PD. Le debo...

11:10 p. m.  

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