La Librería

Pequeños retales de literatura

martes, noviembre 29, 2005

Contra la violencia...

El pasado Viernes se celebró el Dia Internacional Contra la Violencia de Género, y queremos sumarnos a los homenajes que por ello se realizaron. Nos incorporamos tarde como casi siempre, pero es que la Empresa siempre funciona con un reloj interno distinto al de la calle (y además en estos momentos estamos trabajando bajo mínimos). Entre los actos que se realizaron se inauguró una Exposición de foto-arte titulada “18 segundos”, ya que según las Naciones Unidas, este es el tiempo que tarda en ocurrir una agresión hacia la mujer. Los fotomontajes han sido realizados por el fotógrafo: Iván Hidalgo y el pintor: Alejandro Marcos, y muestran los efectos de los malos tratos en el rostro de algunas famosas (en la foto Maribel Verdú). Cada día decenas de mujeres anónimas se ven inmersas en el infierno real de los malos tratos, cuyos finales más trágicos aparecen en las páginas de sucesos, en un continuo goteo de muertes injustas. Remarcar que cualquier acto de verdadero amor entre los componentes de una pareja, excluye por definición cualquier tipo de violencia, y desde luego se ha de saber amar demasiado poco para llegar a pegar a una mujer.
Que a mi garganta aún le cueste pronunciar cada palabra, no significa que no ejerza mi derecho a decir lo que me venga en gana, y en este caso lo que es justo.

Hidalgo –Maribel Verdú-

“La llevó a lo largo de la pared balanceando el cinturón, con una lluvia de golpes. Ella mantenía las manos en alto para protegerse la cara, pero el resto de su persona era un blanco fácil. El cinturón emitía gruesos chasquidos de látigo en el silencio de la habitación. Pero ella no gritaba, corno solía hacerlo, no le pedía que cesara, como de costumbre. Peor aún, no lloraba, como siempre lo hacía. Los únicos ruidos eran el cinturón y la respiración de ambos: la de él, pesada, áspera; la de ella, ligera y rápida.
Beverly se apartó hacia la cama y el tocador que había a un lado. Tenía los hombros rojos por los golpes del cinturón. Su pelo chorreaba fuego. Él la siguió torpemente, más lento, pero grande, muy grande. Había jugado al squash hasta dos años antes, al desgarrarse el tendón de Aquiles. Desde entonces, estaba un poco pasado de peso («muy pasado» habría sido una expresión más correcta), pero los músculos seguían allí, como un firme cordaje envainado en la grasa. Aun así, se alarmó un poco por la falta de aliento.
Ella alcanzó el tocador. Tom supuso que se agazaparía allí, tal vez tratando de meterse abajo. Pero lo que buscar a tientas... girar en redondo... y de pronto el aire se llenó de proyectiles. Le estaba ametrallando con los cosméticos. Un frasco de perfume francés lo golpeó directamente entre las tetillas, cayó a sus pies y se hizo trizas. De un asqueante olor a flores.
-¡Basta! —bramó—. ¡Basta, perra!
En vez de cesar, las manos de Beverly volaban por la superficie de vidrio cogiendo todo lo que allí había, arrojándolo. Él se palpó el pecho, allí en donde lo había golpeado la botella, incapaz de creer que ella le hubiera arrojado algo. La tapa de vidrio le había hecho un corte. No era gran cosa, apenas un arañazo triangular, pero cierta dama pelirroja presenciaría la salida del sol desde un hospital, ¿no? Oh, sí, por cierto, una dama que...
Un bote de crema lo golpeó por sobre la ceja derecha con súbita fuerza. Oyó un choque sordo que parecía provenir del interior de su cabeza. Una luz estalló en el campo visual de ese ojo. Retrocedió un paso, boquiabierto. Entonces fue un poco de Nivea lo que se estrelló contra su panza con un leve ruido a palmetazo, Y ella estaba... ¿Era ¿posible? ¡Sí! ¡Le estaba gritando!
-Me voy al aeropuerto, hijo de puta! ¿Me oyes? ¡Tengo que hacer y me voy! ¡Te conviene salir de en medio porque ME VOY!”.
Stephen King –It-

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sábado, noviembre 26, 2005

Y mi voz no te toca

Ingredientes:
1 limón
Bicarbonato

Preparación:
Se parte el limón en 4 trozos y se embadurnan en el bicarbonato.

Uso:

Comer los trozos de limón, si resulta desagradable se puede licuar el cuarto de limón y añadir una pizca de bicarbonato antes de tomarlo.


Uy! Debe estar buenísimo! Desde luego ese si resulta desagradable da mala espina. Pero anuncio que dentro de unos minutos estaré preparándomelo. Ayer noté que a medida que pasaban las horas mi voz iba decreciendo en octavas (Nuria que siempre se queja del vigor de mis cuerdas vocales me debe haber echado algún tipo de mal de ojo). Así que llegó un momento que de mi boca sólo salía un hilillo minúsculo de voz (igual de rasgada que la de Sabina, pero con bastante menos potencia). Les confieso una cierta impotencia, al intentar hablar y ver como tus palabras se difuminan instantáneamente en el aire. Ante tal dificultad comunicativa, he decidido que hoy voy a descansar, y por nada del mundo saldré de casa (al igual que Judy Garland en su papel de Dorothy, con aquello de: "There's no place like home").

Solo recordar aquellos versos de Pablo Neruda

“Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca”

Que enlazo con el “Toco tu boca” del Capítulo 7 de Rayuela, que Magda acaba de colgar. Un simple cruce de referencias con las que ella y yo nos estamos divirtiendo.

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jueves, noviembre 24, 2005

Paco, Paquito, Paco

Ateniéndome a esta repentina bajada de temperaturas, y al florecimiento de las tertulias en las que se recuerda el treinta aniversario de la muerte de Franco, me he propuesto hacerle una pequeña referencia (que no deferencia).
Decir que cuando murió Franco, servidor tenía un año y no estaba muy por la labor, así que no puedo explicar aquello tan manido, de donde estaba yo cuando murió el Generalísimo (doy fe que debía de estar acostado en algún tipo de cuna o similar). Aunque el otro día me pasó una pequeña anécdota que me hizo sonreír; iba caminando por la calle cuando delante de mí, dos operarios conversaban. El primero con acento andaluz repetía una y otra vez a su compañero: “- Hoy hace veintitrés años que murió Franco”El otro operario era un negro venido de algún lugar de Africa, que debía saber poco español y que sólo alcanzaba a repetir el nombre de Franco con tono interrogativo. Después de oír la misma escena dos veces, yo estuve a punto de corregirles, pero luego me pareció que era meterme donde no me llamaban, así que si para el andaluz eran veintitrés, pues veintitrés.
Y a lo que iba, se cuenta que La Codorniz (revista humorística que comenzó a publicarse poco después de la Guerra Civil), publicó en cierta ocasión un parte meteorológico que decía:
“Reina en España un fresco general procedente de Galicia.”

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miércoles, noviembre 23, 2005

Tu más profunda piel

Recuperamos el tema de las geografías humanas, y recuperamos a Cortázar. ¿Y por qué no? También recuperamos el bendito sabor de la sal. El texto es largo, pero vale la pena disfrutarlo entero; en correspondencia a mí me toca concluir aquí.

TU MÁS PROFUNDA PIEL

"Cada memoria enamorada guarda sus magdalenas y la mía -sábelo, allí donde estés- es el perfume del tabaco rubio que me devuelve a tu espigada noche, a la ráfaga de tu más profunda piel. No el tabaco que se aspira, el humo que tapiza las gargantas, sino esa vaga equívoca fragancia que deja la pipa, en los dedos y que en algún momento, en algún gesto inadvertido, asciende con su látigo de delicia para encabritar tu recuerdo, la sombra de tu espalda contra el blanco velamen de las sábanas.
No me mires desde la ausencia con esa gravedad un poco infantil que hacia de tu rostro una máscara de joven faraón nubio. Creo que siempre estuvo entendido que sólo nos daríamos el placer y las fiestas livianas del alcohol y las calles vacías de la medianoche. De ti tengo más que eso, pero en el recuerdo me vuelves desnuda y volcada, nuestro planeta más preciso fue esa cama donde lentas, imperiosas geografías iban naciendo de nuestros viajes, de tanto desembarco amable o resistido de embajadas con cestos de frutas o agazapados flecheros, y cada pozo, cada río, cada colina y cada llano los hallamos en noches extenuantes, entre oscuros parlamentos de aliados o enemigos. ¡Oh viajera de ti misma, máquina de olvido! Y entonces me paso la mano por la cara con un gesto distraído y el perfume del tabaco en mis dedos te trae otra vez para arrancarme a este presente acostumbrado, te proyecta antílope en la pantalla de ese lecho donde vivimos las interminables rutas de un efímero encuentro.Yo aprendía contigo lenguajes paralelos: el de esa geometría de tu cuerpo que me llenaba la boca y las manos de teoremas temblorosos, el de tu hablar diferente, tu lengua insular que tantas veces me confundía. Con el perfume del tabaco vuelve ahora un recuerdo preciso que lo abarca todo en un instante que es como un vórtice, sé que dijiste " Me da pena, y yo no comprendí porque nada creía que pudiera apenarte en esa maraña de caricias que nos volvía ovillo blanco y negro, lenta danza en que el uno pesaba sobre el otro para luego dejarse invadir por la presión liviana de unos muslos, de unos brazos, rotando blandamente y desligándose hasta otra vez ovillarse y repetir las caída desde lo alto o lo hondo, jinete o potro arquero o gacela, hipogrifos afrontados, delfines en mitad del salto. Entonces aprendí que la pena en tu boca era otro nombre del pudor y la vergüenza, y que no te decidías a mi nueva sed que ya tanto habías saciado, que me rechazabas suplicando con esa manera de esconder los ojos, de apoyar el mentón en la garganta para no dejarme en la boca más que el negro nido de tu pelo.
Dijiste "Me da pena, sabes", y volcada de espaldas me miraste con ojos y senos, con labios que trazaban una flor de lentos pétalos. Tuve que doblarte los brazos, murmurar un último deseo con el correr de las manos por las más dulces colinas, sintiendo como poco a poco cedías y te echabas de lado hasta rendir el sedoso muro de tu espalda donde un menudo omóplato tenía algo de ala de ángel mancillado. Te daba pena, y de esa pena iba a nacer el perfume que ahora me devuelve a tu vergüenza antes de que otro acorde, el último, nos alzara en una misma estremecida réplica. Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegué a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se llegaba al goce de mis labios mientras desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada.
Con el perfume del tabaco rubio en los dedos asciende otra vez el balbuceo, el temblor de ese oscuro encuentro, sé que una boca buscó la oculta boca estremecida, el labio único ciñéndose a su miedo, el ardiente contorno rosa y bronce que te libraba a mi más extremo viaje. Y como ocurre siempre, no sentí en ese delirio lo que ahora me trae el recuerdo desde un vago aroma de tabaco, pero esa musgosa fragancia, esa canela de sombra hizo su camino secreto a partir del olvido necesario e instantáneo, indecible juego de la carne oculta a la conciencia lo que mueve las más densas, implacables máquinas del fuego. No eras sabor ni olor, tu más escondido país se daba como imagen y contacto, y sólo hoy unos dedos casualmente manchados de tabaco me devuelven el instante en que me enderecé sobre ti para lentamente reclamar las llaves de pasaje, forzar el dulce trecho donde tu pena tejía las últimas defensas ahora que con la boca hundida en la almohada sollozabas una súplica de oscura aquiescencia, de derramado pelo. Más tarde comprendiste y no hubo pena, me cediste la ciudad de tu más profunda piel desde tanto horizonte diferente, después de fabulosas máquinas de sitio y parlamentos y batallas. En esta vaga vainilla de tabaco que hoy me mancha los dedos se despierta la noche en que tuviste tu primera, tu última pena. Cierro los ojos y aspiro en el pasado ese perfume de tu carne más secreta, quisiera no abrirlos a este ahora donde leo y fumo y todavía creo estar viviendo".
Julio Cortázar -Ultimo round-

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lunes, noviembre 21, 2005

A la conquista de Tombuctú

Ustedes no se habrán dado cuenta del detalle, pero si miran el post de Formas de identificar un cadáver, descubrirán que el turco por primera vez se ha mostrado activo en este humilde? blog, y les confieso que su presencia por aquí me ha alegrado el día. Así que voy a lanzarle una pelota (además ¡qué demonios! este blog se caracteriza porque el único patrón que sigue es el que marcan mis neuras).

El Mito Dorado no fue privativo de la Conquista de América en el propio siglo XVI, en un lugar tan ajeno como el norte de África, el soberano marroquí Muley Ahmed Al Mansur y sus súbditos disponían de una leyenda dorada para su consumo interno: el oro procedente del imperio negro de los caballeros sonray, situado allende el desierto, donde los hombres comienzan a cambiar decididamente de color. Y también en esta ocasión se materializaron los españoles.
Este oro, auténtico paralelo del tesoro inca para los conquistadores, había movido a los almorávides a saquear Ghana en el siglo XI; se trataba, pues, de una referencia antigua, una y otra vez, en la terminal marroquí de Sijilmasa, donde los meharistas o navegantes del desierto iniciaban su ruta hacia Tombuctú, podían escucharse las referencias sobre el áureo despliegue del Askia Sonray”.

Historias extremas de América –Rafael Domínguez Molinos-

Un link:
A la conquista de Tombuctú

(Dios mío! Voy a intentar no poner ningún nombre de ciudad en el siguiente post)

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domingo, noviembre 20, 2005

Dame tú, Roma

Aparezco cuando ya ha amanecido, preguntándome cuando el rescoldo se convirtió en fuego. Y entonces se me ocurre citar algunos versos de Alberti. Sería complicado de explicar… pero es que lo que menos me apetece es tumbarme sobre el diván de un espejo. En cambio, ¡que fácil será recitar a Alberti!


Lo que dejé por ti
Rafael Alberti
Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.
Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.
Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.
Dejé por ti todo lo que era mío,
dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.
Azulejos de los sembrados

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viernes, noviembre 18, 2005

Arde París, pero no así

Poeta Negro

Poeta negro, te obsesiona
un seno de doncella
poeta amargo, la vida se agita
y arde la ciudad
y el cielo se diluye en agua,
y tu pluma punza el corazón de la vida.
Selva, selva, ojos irisados
sobre pináculos que se multiplican
hilos de tormenta, los poetas
montan caballos, montan perros.
Los ojos se enardecen, las lenguas giran
el cielo fluye hacia las fosas nasales
como una leche azul y nutritiva;
estoy atento a sus bocas
mujeres, rígidos corazones de vinagre.
Allí donde tiemblan
Allí donde tiemblan vitriolos vivientes
los poetas elevan sus manos,
el cielo ídolo sobre las mesas
se vuelve sobre sí mismo, y el fino sexo
empapa una lengua de hielo
en cada agujero, en cada lugar
que al avanzar el cielo deja libre
El suelo está emparedado de almas
y de mujeres con un sexo hermoso
donde los minúsculos cadáveres
reflejan sus momias.

Supongo que esto lo podría haber escrito Baudelaire, pero no, los versos aquí suenan mucho más extraños. Baudelaire utilizaría metáforas más directas, aquí en cambio estaríamos en una línea más cercana a otros poetas del estilo de Celan. En realidad corresponde a otro de los malditos: Antonin Artaud escribiendo con su pluma en El ombligo de los limbos (Ombligos=>Lirva=>Caricias a su ombligo) .Y yo, que nunca seré poeta, quiero al menos que arda la ciudad, y que sólo sea por el seno de una doncella.

Escuchando
Rihanna - Pon De Replay

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miércoles, noviembre 16, 2005

It's raining men. Aleluya!

Magritte –Golconde-
Rep –Miguel Repiso
El cuadro es Le golconde (lo cualo?) de Magritte, la viñeta gráfica es del argentino Miguel Repiso (Rep), uno de los dibujantes habituales de Página/12.

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martes, noviembre 15, 2005

Formas de identificar un cadáver

Alguien entró en el blog buscando formas de identificar un cadáver. Compruebo que al poner la secuencia en Google aparezco en el noveno puesto, lo cual casi me convierte casi en un experto del mundo mundial (al menos en lo que se refiere al área latina). Dispuesto a ganar un par de puestos en el ranking, voy a postrarme ante Google, para demostrar mi grado de iniciado (recomiendo leer la Jaculatoria de Cristina a San Google).
Además la pregunta tiene su qué.
De entrada podría decir que existen varias posibilidades que a modo de algoritmo serían: comprobar su cartera a ver si tiene su DNI; comprobar si hay algún otro tipo de documento; comprobar algún número de teléfono en agenda o móvil; comprobar cualquier otro tipo de papel que pueda servir de pista; cotejar víctima con archivos de desapariciones. Si la víctima no es reconocible los métodos son más complicados, pero se haría mediante las huellas dactilares; mediante el estudio odontológico y comprobación con archivo de desapariciones. Si nada de esto es posible quedaría el recurso del análisis de ADN. ¡Y todo esto sin haber visto nunca ningún capítulo de CSI!
Ahora bien, si lo que se quiere es identificar si el cadáver está realmente muerto, la pregunta se vuelve aún más absurda. Yo diría que la primera manera sería si comprobar si al cadáver le falta la cabeza, pues en ese caso, creo que ya podemos darle por muerto. Ahora bien, en caso de que la víctima no esté desmembrada el asunto se complica. Recomendamos tomarle el pulso en carótida o muñeca. Si esto falla es cuando podemos empezar a elucubrar. Decía el padre Feijoo en una de sus cartas:

“Después de las comunes pruebas, para ver si estaba vivo, o no, fue juzgado muerto, y le enterraron, pasadas catorce horas no más, después de la invasión del accidente. Al día siguiente se notó, que la lápida que le cubría estaba levantada tres, o cuatro dedos sobre el nivel del pavimento. Esta novedad dio motivo para descubrir el cadáver, el cual en efecto se halló en distinta postura de aquélla con que le habían colocado en el sepulcro; esto es, ladeado un poco, y un hombro puesto en amago de forcejar contra el peso, que le oprimía”

Rápidamente encuentro el caso de Juan Bautista Della Porta que escribe sobre un sujeto que fue dado por muerto tras haber ingerido belladona, y que gracias a ello pudo evitar un castigo (recuérdese el caso de los amantes de Verona y sus funestas consecuencias). También descubro que antiguamente se utilizaba el método del golpe de agua, que consistía en verter agua desde una altura considerable contra el inmóvil sujeto, esperando algún tipo de movimiento. Otro método muy en boga hace unas décadas era acercar un espejo a la boca esperando a ver si se producía algún tipo de vaho.
Bah, ya me he cansado, otro día más.

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lunes, noviembre 14, 2005

Carta de los editores barceloneses

Leí esto sobre Saló de Lectura, y creo que merecía la pena colgarlo. Saló para quién no lo sepa se emite los miércoles a las 23:00 y los Sábados a las 16:30 lo repiten. Lo dirige Emilio Manzano y entre los contertulios suelen estar el mediático Victor Amela, el medio freak de Javier Andújar, el argentino Andrés Ehrenhaus, y nuestro agudo Johnny, aparte de las chicas Marina e Itziar que aún no he acabado de ubicar. No nos sumamos a la petición, por ser nosotros de naturaleza nocturna -además lo suelo ver el Sábado-, pero al menos le damos cancha.

“El programa de BTV Saló de lectura vuelve con un horario distinto: alrededor de las 11 de la noche. Todos los editores de esta ciudad seguimos desde hace años la labor excepcional, ejemplar y, en algunos aspectos, heroica que Emilio Manzano y su equipo han llevado a cabo con entusiasmo y eficacia. El sector se ha visto beneficiado de una manera clara y tangible. Entre los muchos y variados factores que contribuyen al impacto de Saló de lectura en la mejor difusión de nuestros libros -gusto, capacidad de comunicación, respetable criterio a la hora de seleccionar títulos e invitados- se contaba hasta ahora la decisión, insólita en el medio, de emitir el programa en horario de máxima audiencia, un detalle que todos aplaudimos ya en octubre del 2001. No entendemos, pues, que se haya desterrado a horarios minoritarios, en el Any del Llibre y precisamente cuando el programa gozaba de mayor audiencia y prestigio, un prestigio forjado no sólo entre los espectadores, sino también entre escritores, libreros y editores, hasta el punto de que su nombre ha rebasado ya las fronteras municipales en las que nació. Por todo ello, los editores Jorge Herralde (Anagrama), Beatriz de Moura (Tusquets), C. López de Lamadrid (Random House Mondadori), Eulalia Gubern (Anagrama), Juan Díaz (director Debolsillo). Cristóbal Pera (Debate), Mauricio Bach (Destino), Berta Noy (Planeta), Mónica Carmona (Mondadori), Milena Busquéis (RqR), Carme Esteba (Crítica), Eugenia Broggi (Grup 62), Julián Viñuales (Globa Rythm Press), Miguel Aguilar (Random House), Andreu Jaume (Lumen), Malcolm Otero Barral (Destino), Juan Cerezo (Tusquets), Elena Ramírez (Seix Barral) y Silvia Querini (directora Lumen) pedimos a los responsables máximos de BTV que restituyan Saló de lectura a su horario original”.

JORGE HERRALDE y 18 firmas más

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domingo, noviembre 13, 2005

Riding the bullet

Esta es una bala directa a los corazones, el calibre lo marca cada cual. Yo solo disparo la bala: un poema de Vicente Aleixandre, pero no me pidan que apunte, porque es costumbre que donde pongo el ojo, yerro la bala. El gran Aleixandre casi tan grande como el gran Alekhine (el único campeón de ajedrez que murió en posesión del título del Mundial). Vicente Aleixandre fue un poeta que vivió apartado de la vida social, pues cuando rondaba la treintena sufrió una tuberculosis renal, que le hizo adoptar una vida retirada durante el resto de sus días. Pero fue su descanso -esa soledad tan necesaria para la creación- lo que le permitió encontrar la fuerza del verbo. Porque se puede esculpir una vida cuyo templo es la palabra... y yo leeré los vestigios de cada ciudad derruida; y buscaré en la arena los restos de cada hombre naufragado...
El título del post es un libro de S.K. que para los que sepan menos inglés que un servidor viene a ser algo así como “montando la bala” (Otro de los muchos pequeños homenajes que la Empresa le rinde).

TORMENTO DEL AMOR
Vicente Aleixandre
Te amé, te amé, por tus ojos, tus labios, tu garganta, tu voz,
tu corazón encendido en violencia.
Te amé como a mi furia, mi destino furioso,
mi cerrazón sin alba, mi luna machacada.
Eras hermosa. Tenías ojos grandes. Palomas grandes,
veloces garras, altas águilas potentísimas...
Tenías esa plenitud por un cielo rutilante
donde el fragor de los mundos no es un beso en tu boca.
Pero te amé como la luna ama la sangre,
como la luna busca la sangre de las venas,
como la luna suplanta a la sangre y recorre furiosa
las venas encendidas de amarillas pasiones.
No sé lo que es la muerte, si se besa la boca.
No sé lo que es morir. Yo no muero. Yo canto.
Canto muerto y podrido como un hueso brillante,
radiante ante la luna como un cristal purísimo.
Canto como la carne, como la dura piedra.
Canto tus dientes feroces sin palabras.
Canto su sola sombra, su tristísima sombra
sobre la dulce tierra donde un césped se amansa.
Nadie llora. No mires este rostro
donde las lágrimas no viven, no respiran.
No mires esta piedra, esta llama de hierro,
este cuerpo que resuena como una torre metálica.
Tenías cabellera, dulces rizos, miradas y mejillas.
Tenías brazos, y no ríos sin límite.
Tenías tu forma, tu frontera preciosa, tu dulce margen
de carne estremecida.Era tu corazón como alada bandera.
¡Pero tu sangre no, tu vida no, tu maldad no!
¿Quién soy yo que suplica a la luna mi muerte?
¿Quién soy yo que resiste los vientos, que siente las
heridas de sus frenéticos cuchillos,
que le mojen su dibujo de mármol
como una dura estatua ensangrentada por la tormenta?
¿Quién soy yo que no escucho entre los truenos,
ni mi brazo de hueso con signo de relámpago,
ni la lluvia sangrienta que tiñe la yerba que ha nacido
entre mis pies mordidos por un río de dientes?
¿Quién soy, quién eres, quién te sabe?
¿A quién amo, oh tú, hermosa mortal,
amante reluciente, pecho radiante;
¿a quién o a quién amo, a qué sombra, a qué carne,
a qué podridos huesos que como flores me embriagan?

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sábado, noviembre 12, 2005

Computer is on

Ordenador
Una nota breve sobre mi ordenador por si alguien se quedó con la curiosidad. Toda la información ha sido salvada, y el ordenador me fue devuelto tunneado (creo que es el verbo que más se acerca a los cambios que se le han hecho aunque seguramente no lo recoja el nuevo Diccionario Panhispánico). Todavía hay alguna cosa que no funciona (soy de los que poquito a poco va acumulando errores y problemas en el ordenador, mientras encuentra cutresistemas para parchearlos) hasta que llega un día que al final se jode completamente (evidentemente). Pero globalmente estoy contento con el resultado.
¡Viva la informática!

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Breve Curso de Crítica Literaria

Cuentan las crónicas que en tiempos de la Grecia antigua, el tirano Dionisio condenó al poeta Filoxeno a trabajar en las minas por criticar una de sus obras. Después de dos años de trabajos forzados, en un rasgo de humanidad, el tirano liberó al poeta y organizó un gran banquete en su honor, al final del cual Dionisio leyó algunos de sus versos y pidió la opinión del poeta, Filoxeno hizo una mueca con sus labios, se levantó y haciendo un signo hacia los guardias, dijo: “Llevadme de nuevo a las minas”. Desde luego, en este caso el poeta dio muestras de tozudez, dignos del más puro estilo maño (me remito al viejo chiste que terminaba con aquello de “A Zaragoza, o al pozo”. ¿Pero cual debe ser las cualidades de un crítico? El crítico desde luego debe ser por norma alguien no demasiado humilde, pues debe pensar que su gusto es mejor que el de los demás, y a la vez debe ser fiel a sus convicciones. El crítico se encargará de descargar su espada de la justicia, sobre el trabajo de los escritores, y cuando esta caiga implacable, al escritor siempre le quedará el recurso de decir aquello de “detrás de cualquier crítico hay un escritor frustrado”.
Sea como sea, les voy a poner en sus manos un curso rápido de Crítica Literaria mucho más digno que cualquiera que sea capaz de asegurar que tocarás la guitarra en tres semanas (el otro día me llegó un spam sobre un curso para aprender a fabricar cerveza casera que si que prometía). El texto es de Barry Jordan, profesor de Estudios Culturales Hispánicos de la Universidad de Montfort (Leicester).

“Nos podría servir como punto de partida la metáfora de una excursión dominical en automóvil, en la que el coche equivale al TEXTO, el conductor al AUTOR, y los pasajeros al LECTOR o CRÍTICO.

1. Empezando por el enfoque tradicional, los pasajeros miran por las ventanillas del vehículo y contemplan los caminos, los árboles, las montañas, etc., o sea, el paisaje por el que circula el coche. Esto es sólo un medio para practicar el excursionismo, para llegar a los monumentos del turismo(literario). Al concluir el viaje los pasajeros agradecen al conductor un itinerario tan placentero e incluso le piden su opinión al respecto.

2. Siguiendo esta vez las pautas del New Criticism angloamericano (que quizá tiene su equivalente en español en la Estilística de Dámaso Alonso y Carlos Bousoño), los pasajeros hacen ahora que se detenga el automóvil. Empiezan entonces a comentar el interior del vehículo, la disposición de sus elementos, el confort de los asientos, lo espacioso del maletero, la calidad de la tapicería, el atractivo del color de la carrocería, etc. Hablan entre sí y al parecer ignoran al conductor; en cualquier caso, no les interesa tampoco el paisaje exterior y el viaje.

3. Los pasajeros formalistas (incluidos aquí los estructuralistas… y demás tecnólogos literarios) también hacen parar el coche. Sin embargo, ahora bajan del vehículo, levantan la tapa del motor, se meten debajo para ver el chasis. Les interesa sobre todo saber cómo funciona en tanto máquina que es, cuáles son sus componentes y cómo se relacionan entre sí en éste y en otros automóviles; asimismo les interesa el modelo, el diseño y el sistema tecnológico de los que el auto es una realización concreta. Ignoran olímpicamente al conductor, a quien hicieron bajar unos cuantos kilómetros antes...

4. A los pasajeros marxistas, en cambio, les interesa la Historia del automóvil y buscan afanosamente documentación que le concierna, el permiso de circulación, etc. Quieren saber en qué fábrica fue construido el automóvil, cómo, por qué y en qué año; además, les interesa saber cómo la fabricación de automóviles se relaciona con otros procesos industriales y los refleja…

5. Los pasajeros psicoanalistas se pasan el viaje observando el coche y su trayectoria en relación con el comportamiento del conductor. Anotan la manera en que el conductor toma el volante (¿lo acaricia? ¿lo aprieta fuertemente?), cómo mira por el retrovisor, como usa (¿suave? ¿violentamente?) el cambio de marchas… Tras parar el automóvil, invitan al conductor a tumbarse en el asiento de atrás y le interrogan sobre su familia, su infancia, y acaban descubriendo al fin que sus costumbres y fallos de conducción tienen raíces inconscientes, sexuales. Proclaman que el coche no es más que una proyección fálica de temores no asumidos, de deseos insatisfechos, una manera de superar un complejo de castración –surgido quizá cuando papá se negó en dejarle el SEAT Panda para llevar a mamá a la playa...

6. Las pasajeras y pasajeros feministas llevan años reclamando su derecho a subir y a conducir el coche. Conscientes de su larga exclusión del transporte automovilístico autorizado y del dominio masculino de las carreteras, suelen adoptar dos posturas: a) o redescubren modelos de automóvil y redes de carreteras hasta ahora ignorados, reivindicando una identidad distinta de la dominante; o b) suben al coche privilegiado y se quejan del sexo del conductor (masculino), del modelo de coche (falocéntrico) y del itinerario del viaje (planificado por una conciencia patriarcal). Hartas de permanecer subordinadas y marginadas en los asientos traseros, echan al conductor –o lo emasculan–, se apoderan del coche, cortan el tráfico y, como símbolo de su rechazo de la opresión machista, rocían de gasolina el automóvil y le prenden fuego”.

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lunes, noviembre 07, 2005

Pálido fuego

Ya casi estamos de vuelta. Al menos hoy les contaré algo…
Intento no ver la tele demasiado, sólo películas y algunos programas tipo late-night o 59 segundos. Podríamos decir que desde hace años casi no me engancho a ninguna serie. El tiempo no da. Y la verdad es que el humor de muchos guionistas, suele ir por caminos distintos al mío. Ahora eso sí, mis gustos televisivos son bastante eclécticos. Recuerdo que comencé a ver Mujeres Desesperadas, hasta que me pareció que cada vez era más de lo mismo y que encima en cada capítulo la serie perdía fuelle. He seguido con devoción cada uno de los Gran Hermano (como diría Monegal es interesante la ratomaquia). Entiendo a sus detractores, pero a la vez pienso que no acaban de entender ese tipo de formato. Para mí, es fascinante analizar las maneras de actuar de los concursantes; participar de sus errores o de sus aciertos. Y sobretodo disfruto estudiando cada uno de los comportamientos, con las medias verdades que ellos tienen y siempre también según las medias verdades que recogen las cámaras. Recuerdo también haber seguido la Serie Odissey 5, y como de un día para otro desapareció de la pantalla inesperadamente (investigué y con decepción descubrí que la serie había dejado de rodarse en su punto más álgido). Me gustaba Friends… éste es un clásico. Otra serie que también llamó mi atención por su frescura, era Berlín, Berlín, protagonizada por la espectacular Felicitas Woll en el papel de Lolle, -que fonéticamente sonaba como el castizo Lola-.
La Lola (era en el Canal 33), era una chica que se había trasladado a Berlin, con el deseo de convertirse en dibujante de cómics, y que cuyo rasgo más característico era el caos que rodeaba su vida. El tema de fondo eran sus conflictos amorosos, pero en cada capítulo la trama podía ser bastante variada, desde ir de lo más cómico hasta lo más dramático.
 “Felicitas

¿Como no sentirse fascinado por alguien así? Lo confieso, me fascinan las mujeres pelirrojas. Cabellos de fuego que en cascada descienden sobre un cutis pálido como la nieve. Y como la pelirroja que deslumbró a Toulousse-Lautrec, supongo que yo me quedé embobado viendo las desventuras de la Lola.

Pero les diré otra cosa, para mí el nombre de lola tiene otra resonancia aún más mucho más intensa: lola después de varios meses desaparecida en el limbo de las palabras, volvió a dar señales de vida. Dice que esta preparando una conferencia sobre Cortázar y el Jazz, Ahhhh, lola, lola, ustedes no la conocen pero yo no les miento si les digo que lola es un regalo caído del cielo. Y que sus palabras son siempre un bálsamo a mis heridas; y que su sonrisas son mis sonrisas; y que ambos compartimos deseos. Y sepan que a ella le gusta jugar, y que a mi fascina tanto verla corretear, que siempre estoy dispuesto a participar de su juego. Y esto por supuesto, va por ella.

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