La Librería

Pequeños retales de literatura

sábado, marzo 19, 2005

El rey desnudo

Sucedió hace unos minutos, yo tan tranquilo "puliendo imperfecciones", cuando ¡sorpresa! pix8, la web donde guardaba las imágenes ha desaparecido (ha caido??). Mi blog a quedado desnudo, sin ninguna de las texturas, sin ninguna de las fotografías, sin ninguno de los cuadros... Pienso que mañana todo funcionará bien, o que en el peor de los casos me tocará este fin de semana estar un par de horas arreglando enlaces a otra web que también aloje imágenes. Uno piensa: mejor que ocurra ahora que dentro de unos meses. Pero cuando estas cosas suceden, uno no puede dejar de lamentarse: ¿por qué a mí? Cosas veredes, Mio Cid.

Marianne
Después de leer tantas cosas eruditas
estoy cansada, hija, por no tener los pies más fuertes
y más duro el riñón
para andar los caminos que me faltan.
Perdona este reniego pasajero
al no encontrar mi ubicación precisa
y pasarme el insomnio acodada en la ventana
cuando la lluvia cae,
pensando en la rabia que muerde
la relación del hombre con el hombre;
ahondando el túnel cada vez más estrecho
de esta soledad —en sí , un poco la muerte anticipada.
Qué bueno que naciste con la cabeza en su sitio
que no se te achica la palabra en el miedo,
que me has visto morir en mí misma cada instante
buscando a Dios, al hombre, al milagro.
Tú sabes que nacimos desnudos, en total desamparo,
y no te importa
ni te sorprende el nudo de sombra que descubres.
Todo se muere a tiempo y se llora a retazos,
has dicho.
Sin embargo,es azul le cristal de tu mirada
y te amanece fresca el agua del corazón,
quitas fácil el hollín que pone el hombre sobre las cosas
y entiendes en tu propio dolor al mundo.
Porque ya sabes
Que sobre todos los ojos de la tierra
Algún día, sin remedio, llueve.
Enriqueta Ochoa

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