La Librería

Pequeños retales de literatura

miércoles, marzo 16, 2005

El angel encadenado

Hace algunos años una amiga me recomendó el libro Ancia de Blas de Otero; confiaba en su buen gusto y lo compré. No hubo que leer demasiadas páginas, para que yo descubriese al que es hoy uno de mis poetas preferidos.
El libro Ancia es una recopilación de dos libros de poemas anteriores , Angel fieramente humano (1950) y Redoble de conciencia (1951). Ancia es una extraña palabra que acuña Otero por primera vez, y que la forma uniendo la primera sílaba del primer libro con la última del segundo, aunque yo siempre pensé que ese mismo Ancia debía de ser también de la familia a la que pertenece el tan humano ansia, a fin de cuentas Blas de Otero nos enseña eso: la pureza de los sentimientos humanos.
De su poemario elijo especialmente dos: Hombre y Ecce Homo. Ambos reflejan el sentimiento del sufrimiento humano, y de la rebeldía ante tal destino. Al igual que el confuso Segismundo que vive encerrado en la torre; al igual que Sísifo que por engañar a los Dioses fue condenado a empujar una enorme piedra hasta la cima de una montaña; al igual que el Prometeo que por robar el fuego y llevarlo a los hombres, fue condenado a permanecer atado a una roca mientras las águilas devoraban sus entrañas. Todas estas imágenes reflejan el mismo proceso: un hombre que se rebela contra un dios o dioses, y es condenado a un castigo eterno. Pero como decía Camus aún sabiendo el destino que nos espera, aún así, hay que rebelarse. Y eso mismo es lo que nos dice con furiosa belleza los versos de Blas de Otero. La imagen que acompaña es un grabado de Dalí titulado Segismundo encadenado.


Hombre
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuando
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser - y no ser - eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!

Blas de Otero –Ancia-
Dalí -Angel encadenado-

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5 Comments:

Blogger Palimp said...

Buen poeta, a fe mía. Apuntaría el siguiente poema:

Porque quiero tu cuerpo ciegamente.
Porque deseo tu belleza plena.
Porque busco ese horror, esa cadena
mortal, que arrastra inconsolablemente.

Inconsolablemente. Diente a diente,
voy bebiendo tu amor, tu noche llena.
Diente a diente, Señor, y vena a vena
vas sorbiendo mi muerte. Lentamente.

Porque quiero tu cuerpo y lo persigo
a través de la sangre y de la nada.
Porque busco tu noche toda entera.

Porque quiero morir, vivir contigo
esta horrible tristeza enamorada
que abrazaría, oh Dios, cuando yo muera.

9:26 a. m.  
Blogger luaDark said...

Y lo mejor de todo es que sólo cuesta 6,60€ me lo compré hace nada :D

Dark kisses

6:14 p. m.  
Blogger Vigo said...

Preciosos poemas. Resulta esperanzador, que desde aquí unos cuantos conozcamos los poemas de Blas de Otero. Tal vez en otros lugares no se le oiga demasiado, pero es bueno saber que en algunos círculos la voz de Otero sigue sonando fuerte.
Marco/amos bellos círculos de tiza sobre el suelo, y es bonito compartirlos con cada uno de vosotros.

3:58 a. m.  
Blogger FK_DRoNe said...

También, mi poeta preferido. Acá en Buenos Aires es muy difícil conseguir libros suyos, pero revolviendo... algo se puede. Y si no, la Red.
Gracias por traerlo, por hacerlo conocer.
Salú.

2:42 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Buen poeta con una gran gama de conflictos internos sin resolver. Como el poema que aquí se toca. Buscando la respuesta de Dios. Buscando irresponsablemente su existencia para responsabilizarlo de sus penas y desgracias. Persona conflictiva que no busca superarse a si mismo en la búsqueda de la verdadera existencia de Dios

2:07 p. m.  

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